La Custodia de Arfe de la Catedral de Córdoba representa el paso del Gótico al Renacimiento en la orfebrería del siglo XVI, un valor que difunde el Cabildo Catedralicio en el quinto centenario de su talla por Enrique de Arfe en 1518.

La catedrática de Historia del Arte María Jesús Sanz, emérita de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla e investigadora de orfebrería, ha valorado la custodia cordobesa en su conferencia Enrique de Arfe y la creación de la custodia arquitectónica porque «supuso un antes y un después en la arquitectura del momento» que «marcaría el estilo de los orfebres venideros». La gran diferencia que Sanz explica de la custodia de Córdoba con respecto a las del resto de España es que «se añadió un segundo friso, probablemente en el siglo XVII, para elevar la altura y en él se representan las procesiones profanas que desfilaban delante de la custodia en el día del Corpus». El Obispado de Córdoba explica en su web de la Mezquita-Catedral que el auge del culto hacia el «santísimo sacramento católico» y la importancia de la festividad del Corpus Christi, instaurada en 1263 por Urbano IV, da lugar a una tipología en la orfebrería española empezando por cajas eucarísticas de carácter procesional, origen de las «custodias o tronos» donde se guarda la hostia eucarística consagrada para la adoración de los fieles. En el siglo XVI, el orfebre de origen alemán Enrique de Arfe creó un «nuevo concepto de custodia procesional» donde la custodia adquiere forma de torre o asiento y se establece una tipología característica y genuina de la orfebrería hispana será una diferenciación respecto a otros modelos europeos.

Además, Enrique de Arfe introdujo en Córdoba como novedad la creación de una custodia de fuerte componente arquitectónico, concebida como una torre diáfana dotada de un complejo programa ornamental e iconográfico.