Ategua es para muchos una gran desconocida, una ciudad milenaria que se sabe que está ahí, de la que todo el mundo ha oído a hablar, pero que muy pocos conocen. Normal, porque Ategua tiene una parte de misterio aún por resolver, ya que bajo el subsuelo permanecen ocultos muchos de sus secretos. Algunos han sido desvelados gracias a los trabajos arqueológicos realizados a lo largo de las últimas décadas y otros están a punto de despertar de un sueño al que se entregaron hace 600 años.

Situada a unos 32 kilómetros de la ciudad de Córdoba y a 6 de la barriada periférica de Santa Cruz, se tienen evidencias de que su historia se remonta al Bronce final, es decir, unos diez siglos antes de Cristo. Los investigadores han encontrado restos cerámicos anteriores, del Calcolítico, pero de momento no se puede confirmar tal origen, como explica Camino Fuertes, coordinadora del yacimiento arqueológico de Ategua desde hace años.

Historia de una ciudad

Junto a las evidencias de que ya en la prehistoria fue asentamiento humano, se tienen otras que indican que estuvo habitado en la etapa protocolonial (siglo VIII antes de Cristo), de la que se conservan restos de muralla y una acrópolis, un edificio que puede remontarse al siglo VII antes de Cristo e incluso a la etapa íbera. Después se tienen constancia de la existencia de una ciudad íbera y más tarde romana que se abandona hacia el siglo X. Dos siglos más tarde se construiría una fortaleza tardoislámica que se levantó sobre estructuras preexistentes y esa es «la fase más potente de la ocupación musulmana». Más tarde volverán a aparecer estructuras de época cristiana y etapa almohade, hasta que se abandonó definitivamente en el siglo XV. Será ahí donde Ategua cerrara los ojos y empezara a quedar, poco a poco, sepultada bajo la tierra.

En cualquier caso, Ategua es bien conocida por los historiadores por su papel clave en la guerra entre los defensores de la saga de Pompeyo y los de César en el siglo I antes de Cristo. Por aquel entonces Córdoba era partidaria de Pompeyo. En un primer intento César logró asediarla, pero no consiguió derrotarla, por lo que optó por asediar a las ciudades de las que se abastecía la capital. Ategua fue doblegada en el invierno del 45 antes de Cristo, lo que facilitó a las tropas de César la entrada y conquista de Córdoba.

Quedan numerosas evidencias de la esencia de Roma en Ategua, como el hecho de que sea una ciudad «perfectamente organizada», según reflejan las recientes investigaciones llevadas a cabo en el yacimiento arqueológico. Entre ellas se encuentra una prospección geofísica realizada en 2018 que permitió hacer una lectura del subsuelo. Esa iniciativa hizo posible que los investigadores pudieran «entender y ver una ciudad», con su trazado de calles (hasta 76 localizadas) y con las 59 manzanas que las conformaban, según Camino Fuertes.

En este sentido, la coordinadora de Ategua indica que «probablemente lo que estamos viendo es la ciudad de traza romana», con su «perfecta organización», en la que se mantendrían también estructuras urbanas anteriores y sobre las que los distintos ocupantes levantaron nuevos edificios.

A partir de la prospección geofísica ha sido posible realizar uno de los hallazgos más peculiares del yacimiento. Se trata de una panadería situada en el ángulo entre dos calles, en un lugar en el que, a priori, se pensaba que encontrarían unas termas excavadas, en parte, en los años 80.

Este hallazgo también ha permitido demostrar dos cuestiones, como resalta Camino Fuertes. Por un lado, «que la prospección geofísica es perfecta y que esas dos calles, efectivamente, son dos calles romanas», por lo que «si trasladamos esa conclusión al resto de la planta que hemos visto, será también, posiblemente, romana» y, por otro, «que donde decía que hay estructuras hay estructuras», aunque sean diferentes a la que se pensaba inicialmente. Además la arqueóloga señala que «no es fácil encontrar una panadería» porque las ciudades son espacios «vivos» que han sido habitados a lo largo de su historia y que se han ido transformando y «alterando la fisonomía de lo que hay debajo», por lo que resulta complicado dar con lugares como éste. Pero en el caso de Ategua, «como se sella en un momento determinado de su historia lo tenemos todo conservado», de ahí que sea «un yacimiento arqueológico muy interesante».

De hecho, Fuertes hace hincapié en que es probable que en Ategua encuentren «la misma secuencia estatigráfica de la ciudad de Córdoba», con la suerte de que «no ha habido destrucción» al abandonarse en el siglo XV.

Precisamente, este yacimiento contará a partir de ahora con una inyección económica para llevar a cabo nuevas labores de investigación. Así lo anunció esta misma semana la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, que en su visita a Ategua informó de que la Junta de Andalucía tiene prevista una inversión de 375.000 euros hasta 2024 para el proyecto de investigación, mantenimiento y apertura al público, una financiación que irá llegando durante los próximos años.

Fases de excavación

Las primeras excavaciones de Ategua se llevaron a cabo en el siglo XIX y continuaron a principios del siglo XX, aunque las grandes intervenciones comenzaron a mediados del pasado siglo con el profesor Blanco Freijeiro. Le relevó el profesor Manuel Martín Bueno, que comenzó un nuevo proyecto en los años 80 que con el tiempo quedó paralizado. Será a partir del año 2000 cuando se retomen los trabajos y cuando la actividad en el yacimiento se centre en la conservación, la preservación y la consolidación de Ategua. Ahora le toca el turno a la investigación.