La ceniza de tu nombre

Jorge Villalobos (Málaga, 1995) se ha alzado con el Ópera Prima del Premio de la Crítica Andaluza. Es muy de agradecer que el jurado haya marcado, con nitidez, la línea que segrega poesía y talento poético frente al tosco entretenimiento o la simple pantomima.

La ceniza de tu nombre fue escrito a la edad de 20 años, siendo precisos diez para concebirlo (desde la muerte de su madre) y dos para ser escrito. El dolor, su significado último, se erige como piedra angular de la construcción lírica, en la línea argumental de Paul Valéry, cuando afirmaba que los poemas son un intento de expresar, con palabras, lo mismo que dicen los gritos y las lágrimas. El volumen, organizado en dos libros independientes («Libro primero» y «Libro segundo»), va a plantear un recorrido existencial sustentado en la necesidad de asumir el golpe, la herida, su naturaleza y alcance.

Desde el primer poema, «Elegía a Carolina Portalés», tímpano catedralicio con el que se abre el texto, sentida elegía dedicada a la madre fallecida, donde leemos: «Si pudiera olvidarte,/ presenciar las cenizas de tu nombre y no arderme .../... Un hijo sin su madre no es un hijo», hasta el último poema, «La ceniza de tu nombre», que da título al poemario y que cierra con estos ciclópeos versos: «Aunque nos despidiéramos del todo/llevo tu nombre escrito en la garganta»; desde el zenit al nadir, el recurso de lo memorístico: ausencia, dolor y recuerdo, se concitan en la poesía de Villalobos para hacer posible el milagro, tal y como escribió Jaroslav Seifert: «Recordar es la única manera de detener el tiempo».

Villalobos posee el talento de contar historias, universalizar a los personajes y desde ellos anular el conjuro del destino. El prodigio se experimenta al leer los poemas de este soberbio poemario, en donde el poeta hace de su historia testimonio plenamente estético y perdurable, no a modo de fragmento de la vida del autor, sino como realidad transfigurada, imprescindible en la labor de todo buen escritor que le faculta para hacer de lo particular lo general. La ceniza de tu nombre es una afirmación vital ante la muerte y el dolor, reflejo de continuidad de la existencia, cincelada con precisos endecasílabos y alejandrinos, cuando no de un espléndido discurso versicular. Poesía esencial, dotada de una arquitectura sólida, bien tallada, de lenguaje limpio y cuidado, intensa y emotiva, que nos presenta a un poeta en marcha, digno representante de lo mejor de su generación. Una obra, merecedora, con justicia, del Ópera Prima del Premio Andalucía de la Crítica.