La Confederación de Empresarios de Córdoba y los sindicatos UGT y CCOO destacaron ayer su malestar por el expediente de regulación de empleo anunciado por ABB, que afectará a 49 trabajadores en las instalaciones de Córdoba y otros 10 en las de Galindo (Vizcaya). En esta línea, el presidente de la patronal, Antonio Díaz, calificó como «malísima noticia» la pérdida de puestos de trabajo, pero subrayó que «las empresas saben lo que deben hacer». También comentó que se trata de una compañía «muy hermética, que no está muy vinculada al mundo asociativo empresarial de la provincia».

Estas declaraciones fueron realizadas en una conferencia de prensa que tuvo lugar en la delegación de Empleo de la Junta. A preguntas de los periodistas, su titular, Ángel Herrador, recordó que «el único compromiso manifestado por la empresa fue que estaban por minimizar, en la media de lo posible, el efecto del ERE. No se han mostrado en la línea de retirarlo». El delegado hizo estas afirmaciones consultado por la reunión mantenida con ABB por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba el miércoles pasado.

De su parte, la secretaria general de CCOO, Marina Borrego, afirmó que «la cosa está bastante cruda» y explicó que este ERE «puede perjudicar mucho a la ciudad» tanto por la imagen que se ofrece como por la pérdida de empleo. En esta línea, lamentó que «se llevan la línea de interruptores, la que tenía más proyección de aumentar incluso el número de trabajadores», y apuntó que la plantilla «teme mucho que se desmantele» la fábrica.

En alusión a la pérdida de empleo, Vicente Palomares coincidió en que «no hay razones» y llamó a «buscar oportunidades que ofrecerle para que considere atractivo estar en Córdoba, no solo a ABB sino a la propia Hitachi (la compra se materializará el año que viene), porque la situación puede hacer mucho daño a que Hitachi pueda acabar apareciendo por Córdoba», manifestó el responsable sindical.