Los meses de septiembre y octubre del año 2020 quedarán marcados en la estadística como los peores de la década en cuanto al número de cordobeses que han perdido la vida. De este modo, los datos facilitados a este periódico por la empresa Cementerios y Servicios Funerarios Municipales (Cecosam) indican que en el noveno mes del año fallecieron 210 personas, lo que se tradujo en un incremento anual del 26%, y en el siguiente se contabilizaron 259, un 25% más. Con estos resultados, se trata de «los peores meses de septiembre y octubre desde el año 2010» según afirmó su gerente, Pedro Ruiz, quien precisó que los registros mensuales de Cecosam se iniciaron en el 2011.

La diferencia es notable si se tiene en cuenta que, por ejemplo, el resultado más bajo para un mes de septiembre se obtuvo en el 2013, cuando murieron 142 cordobeses, mientras que el mejor octubre fue el del 2014, con 183 fallecidos.

Hasta el décimo mes del año, Córdoba ha contabilizado 2.401 muertes y este dato es un 5% más elevado que el anotado en el mismo periodo del 2019. Además, también es un 7% más alto que el número de decesos registrado hasta octubre del 2017, cuando hubo 2.249. El gerente de Cecosam señaló que ese es el ejercicio con más fallecimientos de los últimos 20 años, ya que se produjeron 2.818, y estimó que este año la ciudad podría alcanzar los 3.000 fallecidos, por lo que tendría lugar un nuevo récord.

LA PANDEMIA/

Consultado por la incidencia que la pandemia de covid-19 está teniendo en este balance, Pedro Ruiz hizo hincapié en que «otros años hemos tenido subidas peores sin coronavirus». En este sentido, recordó que en el 2015 las muertes ya crecieron un 12% anual y se situaron en 2.761, y en el 2017 se elevaron un 7% hasta las referidas 2.818.

La estadística facilitada por Cecosam pone de relieve, sin embargo, que el número de fallecidos se redujo un 16% el pasado enero (hasta los 277) y un 6% en febrero (240), pero el coronavirus SARS COV-2 fue declarado pandemia en marzo y desde entonces la cifra ha aumentado todos los meses en tasa anual a excepción de julio, cuando bajó un 3% y fue de 233 decesos (ese mes, según la información del Instituto de Estadística de Andalucía, solo se registró una víctima mortal del covid-19 en la provincia de Córdoba).

La ciudad tuvo en marzo un 13% más de muertes que el año anterior (269); en abril, un 9% más (238); en mayo, un 5% más (245); en junio, un 2% más (214), y en agosto, un 12% más (fueron un total de 216).

Como ya se ha indicado, las subidas más importantes hasta el momento han ocurrido en septiembre, cuando solo la pandemia provocó 35 víctimas mortales, y octubre, con 93 fallecidos en la provincia (se desconoce el dato de la capital) tras haber sufrido un contagio por coronavirus. Así, hay que recordar que la segunda ola de la crisis sanitaria está causando más muertes que la primera y en noviembre perdieron la vida 194 cordobeses, el 43% del total de las víctimas mortales (451) del covid-19 en la provincia hasta el momento.

Ruiz subrayó recientemente como factores que inciden en la mortalidad en la ciudad las bajas y las altas temperaturas, y aludió a la influencia de la gripe en la subida de los decesos.

Un 36% más de mayores/

Las cifras del IECA ponen de relieve, además, otra cuestión a tener en cuenta al observar el incremento de las muertes y esta es el envejecimiento de la población experimentado en las últimas décadas. La estadística manifiesta que los residentes mayores de 65 años de edad se han incrementado un 36% desde el 2000 y ahora son 61.124 vecinos de la capital, el 19% de sus 325.701 habitantes (con los datos cerrados el año pasado). En cambio, el grupo de menores de 15 años ha disminuido un 4% en el mismo periodo hasta las 49.184 personas y suman el 15% del total.

Los últimos datos de la estadística de defunciones registradas en Andalucía por causa de muerte, relativos al cuarto trimestre del 2019, recogen entre las más destacadas en Córdoba las enfermedades del sistema circulatorio; los tumores; las patologías pertenecientes al sistema respiratorio; las del sistema digestivo y los trastornos mentales y del comportamiento. Otros grupos relevantes son las enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas, y aquellas del sistema nervioso y de los órganos de los sentidos.