LUGAR DE NACIMIENTO AZUAGA (BADAJOZ)

EDAD 47 AÑOS

ACTIVIDADES CATEDRATICA DE LING ISTICA DE LA UNIVERSIDAD DE CORDOBA Y RESPONSABLE DE LA CATEDRA ´LEONOR DE GUZMAN´. PRESIDE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIOGRAFIA LING ISTICA

CARGOS ANTERIORES SECRETARIA ACADEMICA DE FILOSOFIA Y LETRAS Y VICERRECTORA DE PROFESORADO

Parece tímida, habla bajito y muestra a veces, cuando no está en su salsa, un aspecto tan apocado a pesar de ser tan alta que cualquiera que sin conocerla la viera por los pasillos de la Facultad de Filosofía y Letras podría confundirla con una alumna asustadiza en su primer día de clase. Sin embargo, esta cuarentona con cara de niña que suele llegar a su cátedra de Lingüística en moto, dista mucho de ser una mujer timorata y, menos aún, esclava de los cánones convencionales.

Lo que sí es María Luisa Calero Vaquera es una contumaz trabajadora --a veces tan excesivamente autoexigente que cae en la angustia por no poder dar más de sí--, una profesional que se aplica con entrega y eficacia callada, sin alharacas, a todas las áreas que la requieren: desde la enseñanza al feminismo. Y es que esta chica que confiesa haber ido "casi siempre a contracorriente" (menos cuando hizo caso a su padre, que no la dejó hacer Derecho "porque iba a tener que estudiar mucho", decía él) dirige desde hace tres años la Cátedra universitaria de Estudios de las Mujeres ´Leonor de Guzmán´, una atalaya que le permite otear el horizonte femenino y enmendarlo en la medida de lo posible.

--Entre sus responsabilidades docentes y la dirección de la Cátedra de Estudios de los Mujeres estará entretenida, ¿no?

--Demasiado entretenida, porque está la docencia, pero también la investigación, que es una parcela que hay que cuidar. Sí, la verdad es que estoy muy ocupada, incluso fines de semana, porque muchas de las actividades de la Cátedra ocupan sábados y domingos. A veces me agobia, porque ves que te queda poco tiempo para otras cosas quizá no tan aparentemente urgentes pero necesarias.

--Y al final todo eso acaba pasando factura, ¿no cree?

--Ya lo creo. Tantas horas sentada ante un ordenador, tantas responsabilidades con el tiempo te pasan una factura que a veces se cobra en salud. Pero también tiene sus compensaciones. Es cuestión, cumplida ya cierta edad --sonríe--, de intentar sacar más tiempo para una misma.

--¿Qué faceta le llena más, la académica o la feminista? Bueno, antes que nada tendría que preguntarle si el término la ofende, porque hay a quien sí.

--No, no me molesta que me llamen feminista --ríe--, aunque el término desde sus orígenes, allá por finales del XVIII, ha tenido siempre una connotación muy peyorativa. Y creo que ha sido así porque se entiende como la otra cara del machismo. Pero no, el feminismo es otra cosa, así que lo que me ofendería es que me creyeras machista. En cuanto a tu pregunta, me llenan las dos facetas, no me imagino dejando ninguna. Siempre estaré militando en la actividad universitaria y en la feminista.

--Supongo que además se complementarán en su caso, porque como profesora blindará a sus alumnos contra lenguajes y comportamientos sexistas.

--Claro, procuro hacerlo siempre que viene a cuento en clase. Y evitar el uso del masculino genérico por sistema.

--A propósito, ahí va una pregunta perversa: ¿No daña su conciencia lingüística ese masculino y femenino plurales que se imponen en todo discurso políticamente correcto?

--No, no. Yo, como filóloga incluso, estoy convencida de que lo perverso es el masculino genérico, porque se toma como una forma universal cuando no lo es. Hay textos del Siglo de Oro donde se nombran el masculino y el femenino. Y si cuando en la Revolución Francesa se redacta la carta de los Derechos del Ciudadano y aparece sólo el masculino realmente era porque se referían únicamente a los hombres, a la mujer se la incluyó después. Por tanto creo que sí que hay que nombrar a las mujeres, quizá no de manera sistemática para no hacer pesado el discurso, pero sí hacer alguna que otra alusión simbólica.

--¿Y qué hay de la expresión ´de género´, tan extendida? ¿Es correcto hablar de estudios de género, de violencia de género...?

--Sí, ha sido un tema de mucho debate, incluso se hizo una consulta a la Real Academia cuando salió la Ley de Violencia de Género, que creo que finalmente quedó así, aunque se discutió sobre si calificarla como violencia doméstica o violencia machista. La Real Academia no acepta el término todavía porque dice que es un anglicismo, pero tendrá que cambiar de postura, porque la Academia va detrás del uso de las palabras, no puede negarse a los hechos. Lo que pasa es que también había sectores feministas en desacuerdo con el término ´de género´, porque decían que no concretaba si iba de la mujer al hombre o del hombre a la mujer. Quizá sería mejor llamarla violencia machista, porque la inmensa mayoría de los casos van en esa dirección.

--¿Puede el lenguaje contribuir a cambiar el mundo?

--Yo creo que sí. Desde Aristóteles se puede decir que el pensamiento y el lenguaje son inseparables, sin el uno no existe el otro, y eso lo saben los filósofos. Incluso algún lingüista ha afirmado que el lenguaje crea una estructura del mundo, una forma de ver la realidad, y que personas de diferentes lenguas ven el mundo de forma diferente. Y algo de verdad hay en todo ello.

Autora de diversos libros especializados, como una Historia de la gramática española que abrió caminos en la lingüística o Proyectos de lengua universal. La contribución española , además de numerosos artículos y ponencias, María Luisa Calero acaba de publicar un CD-Rom con Reflexiones sobre el lenguaje en la literatura , en el que da respuesta al reto de ampliar la enseñanza con el soporte de internet, a través del cual el alumno puede comunicarse con el profesor. Esta actividad investigadora la hizo viajar el pasado viernes a México, concretamente a Monterrey, para asistir en su universidad a un congreso de Lingüística que se celebra cada dos años a nivel hispanoamericano. "La idea es presentar una ponencia, pero además establecer contactos con profesorado del Cono Sur (Uruguay, Argentina y Chile) para hacer un estudio de cómo se encuentran las lenguas indígenas en la zona, para el que ya hemos solicitado un proyecto al Ministerio de Asuntos Exteriores --nos explicaba, poco antes de coger el avión, en su despacho de la facultad, adornado con alfabetos de distintas lenguas--. Sabemos que en algunos casos hay lenguas que sólo tienen un hablante y el día que se muera esa lengua se perderá. Son lenguas en peligro de extinción".

--Y eso que el afán colonizador