-¿Qué es lo más positivo que extrae de la situación que estamos viviendo con el coronavirus?

-La fortaleza y entereza de la sociedad. La solidaridad, el trabajo en equipo, la responsabilidad y sacrificio por parte de los sanitarios, servicios públicos, agricultores, fuerzas y cuerpos de seguridad, etcétera. Y también de los concejales, personal de la Administración y voluntariado, Cáritas, Cruz Roja, Protección Civil...

-¿Qué enseñanza tenemos que obtener de lo que está pasando?

-Desde el punto de vista político la respuesta tanto de la UE como del Gobierno central ha sido tremendamente lenta e improvisada. Falta de medios, descoordinación, normas poco claras, etcétera. Y en lo humano, ha servido para bajarnos del pedestal en que vivíamos. Ésto debería hacernos cambiar nuestra escala de valores.

-¿Qué cuatro acciones concretas adoptará una vez que finalice el estado de alarma?

-La primera, poner en marcha todos los medios para paliar los problemas económicos y sociales. Los ayuntamientos hemos sido ejemplo de gestión directa y respuesta rápida. Necesitamos que se nos dé solución a las reclamaciones sobre financiación y competencias. Otra medida, como alcaldesa de un municipio con industria de confección, es reclamar una apuesta por el sector, que ha realizado un gran trabajo cosiendo batas, mascarillas y todo lo que se necesitaba. Espero que esto no se olvide. Por último, las reivindicaciones del campo deben ser prioritarias, necesitamos por el bien de España que el sector tenga futuro.

-¿Cómo debe contribuir la iniciativa pública y la iniciativa privada para remontar la situación?

-Las administraciones deber ser eficaces en la contratación pública, esto mueve al sector de la ingeniería y la construcción y al sector servicios. Es clave ir eliminando la gran bolsa de economía sumergida con rebajas impositivas, y aprovechar el impulso digital que esta situación ha propiciado para suprimir trabas burocráticas y facilitar el emprendimiento.