La sentencia dictada por el juez Manuel Oteros no ha dejado indiferente a nadie, y así jueces y abogados han expresado su respeto al fondo de este dictamen judicial en el que se llama "burros" a todos los políticos y en el que absuelve a un funcionario del Instituto Municipal de Deportes (Imdeco) de una falta grave.

Oteros, titular del juzgado de lo Social número dos, asevera que en la causa fallada "se cumple el proverbio que dice que cuando se pelean los burros..., y eso es lo que da la impresión a este juzgador, que lo burros se han peleado y paga el arriero, que en este caso no es otro que el empleado público", para añadir que "obligación de los burros (entiéndase con todos los respetos para con los equinos), en este caso los políticos todos, hubiera sido cumplir lo pactado" en un convenio entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía en el que mediaba una subvención que se perdería si no se aceleraba el expediente.

El juez decano de Córdoba, José Carlos Romero Roa, ha recordado que los juzgadores deben actuar "con independencia" y comparte "el fondo" de la resolución de su compañero. "Si la razón de la absolución es un conflicto político, eso hay que decirlo en la semyencia", dijo. Además, aclara que no cree ofensiva la comparación y apunta que "cualquiera que se crea aludido puede elevar una queja al Poder Judicial".

Este organismo "recomienda a los jueces que se expresen en lenguaje coloquial y más coloquial que esta sentencia habrá pocas", señala José Luis Garrido, decano del Colegio de Abogados. En las sentencias se debe "hablar de realidades", si bien "no entramos en el contenido, que es labor de los jueces, y respetamos todas las resoluciones", que "en esta ocasión está en un lenguaje muy claro", subrayó el letrado.

Al funcionario se le impuso una falta grave por el "incumplimento notorio de las funciones de su puesto de trabajo, al haber redactado el proyecto de construcción de un campo de fútbol de césped artificial, con la ausencia de documentos esenciales".

Oteros considera probado que la actuación del empleado municipal, lejos de ser constitutiva de las infracciones que se le imputaban, "es más demostrativa de ingenuidad y candidez que de cualquier otra cosa". El problema para el trabajador surgió "cuando los que le tenían que dar cobertura (los burros) han cambiado" tras las elecciones municipales del 2011, cuando IU perdió y ganó el PP.