El gobierno municipal está postergando la negociación de las ordenanzas fiscales para 2020, que deben estar aprobadas antes de final de año, si es que no se quieren prorrogar las que se sacaron adelante en 2019 con los votos de Vox. Esta formación política está a la espera de reunirse con el concejal de Hacienda, Salvador Fuentes, que ya ha dicho por activa y por pasiva que no podrá seguir en la senda de la bajada fiscal iniciada el pasado año y que como mucho las tasas e impuestos quedarán congelados en 2021 por la situación de crisis derivada de la pandemia.

La portavoz de Vox, Paula Badanelli, por su parte, ya ha pedido seguir avanzando en la rebaja fiscal pese a todo --fundamentalmente en el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y en las plusvalías-- y ha recordado que el acuerdo de ordenanzas que firmaron con PP y Cs (el 30 de octubre del 2019) contemplaba un horizonte temporal hasta 2023, es decir, del mandato completo. Aquel acuerdo se rubricó precisamente un día antes de que se aprobara el expediente, que contemplaba una rebaja para el 2020 del 1,92%, de manera provisional en el pleno con los votos en contra de la oposición (PSOE, IU y Podemos).

En todo caso, para lograr culminar con éxito y a tiempo el expediente de ordenanzas que operará el año próximo, el equipo de gobierno debe aprobar el anteproyecto en junta de gobierno local en los primeros días de octubre, de modo que las ordenanzas se puedan remitir para su dictamen al CREA y a la Intervención (el Consejo Social ya emitió un primer informe de los impuestos municipales). Con los informes de esos órganos, en un plazo de entre 20 y 10 días, el equipo de gobierno estaría en disposición de aprobar el proyecto, para que a continuación pasase por el Pleno para su aprobación provisional. Esa sesión tendría que celebrarse a finales del mes de octubre para dar tiempo al periodo de reclamaciones (de 30 días) y llegar a la aprobación definitiva de nuevo en sesión plenaria a finales de diciembre.