Si hubiera que dar dos características que hayan marcado el año agrícola que terminó ayer, día 31 de agosto, estas son, sin duda, la falta de agua y los bajos precios que han registrado los productos más significativos de la provincia, como son el aceite, los cereales y los cítricos. Con esas mismas incertidumbres se pone en marcha una nueva temporada en la que los agricultores y ganaderos se encomiendan al cielo para que sea más generoso en lluvias y a la Comunidad Europea (sin olvidar a EEUU) y a los mercados, para ver si se invierte la tendencia en la valorización de los productos cordobeses y se atienden algunas de sus peticiones de cara a establecer unas condiciones mínimas para la entrada de productos competidores de terceros países.

En lo que se refiere a los recursos hídricos, según han explicado a este periódico desde las organizaciones agrarias y la Federación de Regantes, el agua será el principal objetivo a conseguir para que el próximo año agrícola se observe con optimismo. Las maneras de hacer posible la llegada de más recursos son claras. La primera no está en manos de nadie, la lluvia. La segunda, depende de las administraciones competentes en materia hidrológica, a las que desde Córdoba se pide que se equilibre la dotación con la de otras provincias y se «devuelva» a la provincia el agua cedida tiempo atrás a otras provincias limítrofes que hoy en día gozan de una mayor superficie de riego (casi el doble) que la cordobesa. Esta cantidad ronda los 300 hectómetros cúbicos, con los que se podrían poner en riego, según los agricultores, más de 100.000 hectáreas.

Por su parte, desde Feragua se señala que, pese a las falta de lluvias, este año que ahora acaba se ha podido desarrollar, en materia de riegos, «más o menos connormalidad», con una restricción de apenas un 10% en las dotaciones. Sin embargo, esta situación de alerta en la que nos encontramos, explica Pedro Parias, desde Feragua, «se verá recrudecida este otoño si no llueve». A un meses para que acabe el año hidrólógico (1 de octubre) las reservas de los embalses destinadas a la regulación general se encuentran en torno al 30% en la provincia de Córdoba, cuando acabe la temporada si no llueve en abundancia, esta cifra se reducirá hasta el 25 o 26%, lo que colocará a la cuenca en situación de emergencia. A juicio de Parias, la «situación del agua para riego de cara a la temporada próxima es precaria».

Los regantes insisten en reclamar, como en años anteriores, que se alargue la campaña hidrológica más allá del 31 de octubre «porque hay cultivos que lo necesitan, al menos hasta que lleguen las lluvias de otoño, si es que llegan».

Si la situación se alarga, señala, «en octubre habrá que iniciar los trámites para elaborar el decreto de sequía». Recuerda, Parias que, pese a todo, en la provincia todavía “hay posibilidades de nuevas regulaciones”, que podrían ayudar a paliar estas situaciones y mejorar la rentabilidad del campo cordobés.