Jacques Moreillon es el presidente del Foro de Córdoba, que se clausura hoy. Moreillon ve en la creación del espíritu de Córdoba la solución a los problemas de intolerancia.

-Qué causó la admiración para que Córdoba fuera un referente de tolerancia?

-Sobre Al Andalus hay muchas discusiones para saber cuál fue su nivel de tolerancia, pero se puede construir algo no necesariamente sobre una certidumbre histórica sino también sobre un mito. Y ese es el motivo por el cual estamos en Córdoba y no en Sevilla, ni siquiera en Toledo. Estamos construyendo sobre la realidad, pero aún más, el mito de la convivencia. Usted decía tolerancia, yo prefiero convivencia. Eso es el vínculo. No hay motivo de tocar, y así lo dijo Jesús Sánchez Adalid, a la certidumbre histórica para construir sobre un mito.

-¿Qué pide el Foro de Córdoba?

-El concepto fundamental del foro es reunir en el mismo lugar el mismo tipo de personas sobre el mismo tema, la convivencia, de manera regular. Esperamos que cada dos años. Ese es el concepto, que la repetición del acto en la misma ciudad con las mismas personas y el mismo tema, que es un tema sumamente concreto, que son las historias personales de los éxitos de los participantes en cuanto a su conciliación a la convivencia en su lugar, puede crear lo que se llamaría un espíritu de Córdoba con el tiempo. Yo considero como posible que si seguimos eso cada dos años no veo porqué en diez años no tendría la ciudad de Córdoba el Premio Nobel de la Paz. Porque se puede dar una dimensión verdaderamente internacional a ese concepto que está de manera subyacente en la conciencia mundial. Cuando se habla con gente con un poco cultura de Córdoba, piensan de inmediato en la Mezquita Catedral que es un modelo de convivencia. También el mito hace a cada uno interpretar a la Mezquita-Catedral. Y en la comunidad mundial se interpreta esa mezcla de la Catedral con la Mezquita como un símbolo de convivencia.

-Una parte importante del Foro está dedicada a la experiencia y aportaciones de los jóvenes.

--Fundamental. Tenemos aquí unos treinta jóvenes de 20 países y han sido seleccionados porque en su país cada uno de ellos ha llevado una forma de promoción concreta de la convivencia. Vienen aquí no solo para aprender en el simposio de los jóvenes las técnicas de mediación sino también para compartir dentro del foro sus experiencias. Es por eso que no buscamos resoluciones generales, discursos teóricos. Somos sumamente prácticos y concretos y basamos todo en nuestro concepto sobre el intercambio de experiencias positivas. Y los jóvenes cuando pueden ser modelos para los adultos, aún mejor.

-¿Cuál es la solución a la situación de intolerancia?

-Educación. Educación. El gran enemigo de la tolerancia o de la convivencia es la ignorancia. La ignorancia del otro. La ignorancia es la primera base para construir la intolerancia. Entonces, educación en todas sus formas. Y joven.

-¿Existe el espíritu de Córdoba o se tiene que crear?

-Se tiene que crear. Y llevará tiempo. Hay que contar con los instrumentos modernos también, porque esperamos que vamos a tener con internet un diálogo que se establece libremente entre la gente que se han encontrado aquí. Yo no pienso que voy a conocerlo en mi propia vida, pero eso no me importa. Sembrar es lo importante. Y hemos sembrado bien.