Cuevas de Altázar, urbanización situada en la zona de Villarrubia, logrará su legalización tras más de quince años de trámites. El Consejo Rector de la Gerencia de Urbanismo aprobará mañana de forma definitiva el proyecto de urbanización, último trámite necesario para la regularización. Este paso posibilitará la ejecución de obras en las zonas comunes de este núcleo, que hasta ahora no están autorizadas y que, una vez realizadas, permitirán a los propietarios de parcelas, con o sin vivienda, la obtención de licencias. No obstante, aunque el proceso de regularización termina, aún faltan trámites hasta ver culminadas las obras necesarias (entre ellos, la obtención del aval para las mismas) y hasta que todas las casas cuenten con servicios y con licencia.

El proceso seguido por Cuevas de Altázar ha sido muy largo, ya que se trata de una parcelación que nació en los años setenta y que quedó incluida en el PGOU del 1986 como suelo urbano, es decir, que desde hace 32 años está prevista su regularización. No es, por tanto, uno de los núcleos incorporados al PGOU actual (2001-2003). Cuevas de Altázar cuenta con 450 parcelas y unas 500 viviendas, en las que residen unas 2.000 personas. Aunque su interés por legalizarse proviene de mucho antes, en octubre del 2004, o sea, hace más de 14 años, superó oficialmente el primer paso con la aprobación de forma inicial del plan especial de reforma interior (PERI). De ahí que, como mínimo, acumula 15 años de espera. Ese plan recibió el visto bueno definitivo por parte del Pleno en noviembre del 2008. La junta de compensación -comunidad de propietarios- es posterior, del 2010, año desde el que su consejo rector ha ido superando poco a poco cada uno de los trámites necesarios hasta llega a los dos más complejos, los proyectos de reparcelación, con el que las parcelas quedan inscritas en el Registro de la Propiedad como solares urbanos en vez de rústicos, y de urbanización, con el que, además de poder llevar a cabo los trabajos necesarios para la dotación de servicios como luz, agua y saneamiento, el asfaltado de calles o el alumbrado público, los propietarios de las viviendas pueden, una vez finalizadas las anteriores, realizar obras en su interior, e, incluso, edificar las parcelas libres. Esas licencias permitirán legalizar las casas.

El presidente de Urbanismo, Pedro García, explicó ayer que Cuevas de Altázar será «la primera que quedaría absolutamente legalizada y terminada». Por su parte, el gerente, Emilio García, indicó que la aprobación definitiva «es el último paso» y «después se legaliza cada vivienda». García señaló que el proceso se ha retrasado por los últimos informes necesarios, uno de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, «emitido hace diez o doce días», y otro de la Consejería de Medio Ambiente, la autorización ambiental unificada, que también ha sido necesaria. «Toda la demás documentación la teníamos preparada desde hace un año», asevera. García ha indicado que hay otras parcelaciones cerca de alcanzar esta meta, entre ellas, Alamillo. Barquera Norte también tenía los trámites muy avanzados pero tiene pendiente el proyecto de reparcelación, que fue anulado por una sentencia.

Cuevas de Altázar tiene aprobado desde diciembre del 2015 el proyecto de reparcelación de forma definitiva, cuyo texto refundido fue ratificado en febrero de este mismo año. En cuanto al proyecto de urbanización, fue presentado en Urbanismo en el 2016 y aprobado de forma inicial en abril del 2017.