Córdoba ha vivido este viernes otra jornada cargada de incertidumbre, una más de las que vienen sucediéndose desde que empezó la pandemia del coronavirus. la pandemia del coronavirus Esta vez, al anuncio de las medidas de restricción de movilidad y de actividad económica que se aplicarán en la capital se sumó la comparecencia repentina del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que hizo saltar todas las alertas sobre la posibilidad de que se decretara un nuevo estado de alarma, un runrún que sigue sonando sin que acaben de confirmarlo las fuentes oficiales.

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Todo ello, coincidiendo en Córdoba con los preparativos para la celebración del día del custodio de la ciudad, San Rafael, que por primera vez tendrá que festejarse sin los clásicos peroles en el campo, después de que el Ayuntamiento de Córdoba haya decidido prohibirlos y cerrar todos los parques periurbanos un día antes. El BOJA ha confirmado que la aplicación de las medidas restrictivas anunciadas por la Junta de Andalucía el jueves se hará efectiva a partir de las 00.00 del domingo, por lo que la hora de más que nos regalará el cambio nocturno del reloj servirá seguramente para descansar y no para trasnochar más de la cuenta. Los hosteleros, principales afectados por los recortes horarios, auguraban este viernes todo lo contrario, al considerar que el cierre temprano de bares potenciará las fiestas privadas y reuniones clandestinas.

La evolución de los casos no trajo ninguna buena noticia, al confirmarse 395 positivos nuevos, dos fallecimientos en Puente Genil, más contagios en las residencias de mayores y un aumento de las hospitalizaciones, 21 más en 24 horas, lo que sigue aumentando la presión asistencial en los centros hospitalarios de la provincia, donde hay 168 personas ingresadas ya. En el ámbito educativo, la Junta informó de la reapertura de ocho clases, lo que deja un saldo de 17 aulas clausuradas por positivos en alumnos o profesores al cierre de la semana.

Horas antes de la comparecencia de Sánchez, el alcalde de Córdoba, José María Bellido, se presentaba ante los medios para lanzar una petición de responsabilidad a todos los cordobeses en un momento crucial de la pandemia, en la que el fantasma de un nuevo confinamiento acecha a medida que avanzan los datos. Se conocía también la muerte de un empleado de Mercacórdoba y el desalojo de un bar de Ciudad Jardín abarrotado de gente sin mascarillas y un aumento de los positivos en la Universidad.

Al temor de los contagios, se suma casi con la misma intensidad el miedo al cataclismo económico que puede suponer alargar las restricciones de la actividad más allá de los 14 días anunciados, que ya serán dolorosos para muchos sectores, si los cordobeses no se toman en serio las normas sanitarias. Sea como sea, 11 municipios de la provincia, según los últimos datos del Instituto de Estadística de Andalucía (no actualizados ayer), superan la tasa de 500 casos por 100.000 habitantes: Aguilar de la Frontera (877,9), donde está previsto que se produzca un cribado masivo la semana próxima, Benamejí (704,8), Espejo (1.051), Moriles (1.049,2), Cañete de las Torres (579,6), El Carpio (593,2), Guadalcázar (505,4), Montoro (587,4), Villa del Río (774,2), Villafranca (533,8) y Villaviciosa (712,3). La capital cordobesa, donde se realizará un cribado masivo para detectar positivos asintomáticos, se sitúa en 441,2 casos por 100.000 habitantes. Conviene no tomárselo a broma.