El alcalde de Córdoba, José María Bellido, se ha reunido hoy con representantes de la asociación de vecinos La Medina, con los que se ha comprometido a liderar si es necesario desde el Consistorio sus reclamaciones ante Endesa, después del apagón de varias horas que se produjo el pasado sábado en la zona de la Judería y los continuos cortes de luz que residentes, hoteleros y comerciantes de la zona denuncian sufrir prácticamente a diario.

Bellido expuso tras esta reunión que “el Ayuntamiento no solo es un afectado más (pues distintos organismos municipales se encuentran ubicados en el casco histórico), sino que va a estar al lado de los vecinos que son muchos y de su problemática para tratar de que se arregle esta situación”.

“Queremos conocer las causas de lo que está pasando, hablarlo con quien haya que hablarlo, si son empresas privadas, organismos públicos u otras entidades, para conocer las causas y ayudar a los vecinos en sus reclamaciones con asesoramiento técnico, jurídico, liderando si hace falta desde el ayuntamiento las reclamaciones porque lo que no puede ser es que aquí todos los días estemos en el casco histórico, Patrimonio de la Humanidad, jugando al equilibrio de si hay luz o no hay luz o si salta o no. La preocupación del Ayuntamiento es al máximo nivel y por eso he venido a escucharlos”, añadió José María Bellido.

Por su parte, el delegado de Infraestructuras del Ayuntamiento de Córdoba, David Dorado, que asistió también al encuentro con la asociación La Medina, al igual que la delegada de Casco Histórico, Laura Ruiz, indicó, antes de reunirse hoy con representantes de Endesa, que "vamos a pedir explicaciones a Endesa, pues podemos intuir que es un problema serio y no de fácil solución y queremos una respuesta cierta con franqueza y con un compromiso firme de la distribuidora de que esto se va a solucionar lo antes posible".

Los vecinos y empresarios de la Judería mostraron el sábado su indignación por el corte de suministro eléctrico que se produjo entre las 11.00 y las 14.00 horas, que afectó a numerosos establecimientos y a la Mezquita-Catedral en horario de mayor actividad comercial, quejándose de las pérdidas materiales en el sector de la restauración, la cancelación de servicios contratados y la imposibilidad de trabajar.