A Juan y a Rafael, los cuidadores principales de Martín de Roa 7 y Pastora 2, les ha pillado este año el primer premio por sorpresa. «Como ganamos hace dos años, no pensé que nos lo volvieran a dar hasta dentro de cinco o seis, pero la verdad es que este patio está muy currado y se ve que el jurado lo ha tenido en cuenta». Después de doce días al pie del cañón, casi se ha quedado afónico. «Estoy ronco porque esto tiene mucha tralla, cada día pasan una media de 2.500 personas por la puerta y aquí está uno, con Rosa, la otra cuidadora, y con el resto de vecinos, es bonito, pero cansa», explica Juan. La noticia ha sentado bien entre el resto de patios, que ayer lo felicitaron por el galardón. «A mí me ha sorprendido que no le hayan dado nada al 9, pero como somos tantos, alguno se tiene que quedar sin premio». El destino de los 3.000 euros que recibirán, aún no se sabe cuándo porque habrá que esperar a que pasen las elecciones y se conforme el nuevo gobierno como mínimo, está claro. «Reinvertir en plantas, el dinero siempre va a eso».

Rafael Barón, presidente de la asociación Claveles y Gitanillas y propietario de Pastora 2, tampoco se creía que el primero había vuelto a ir a su casa. «¿Pero seguro que es verdad?», repitió varias veces a los primeros que lo felicitaron. La alegría le duró poco a la familia porque a las horas, la muerte de fray Ricardo, un gran amigo de Rafa y María José, convirtió el triunfo en agridulce. «Ha sido un palo para nosotros, él nos casó, bautizó a mis hijos, bendijo la casa y la capilla y era uno más de la familia, pero sé que habría estado encantado con el premio porque siempre presumía mucho del patio y traía a sus conocidos a verlo». Tras felicitar al resto de patios, lamentó que la mención de honor haya quedado desierta. «Creo que si nadie lo merecía, debería haberse repartido el dinero, ya presupuestado; todo el mundo hace un gran esfuerzo».