La segunda jornada de Feria venía precedida de una primera noche muy intensa y de mucha actividad en todas las casetas, por lo que el ruido de la segunda jornada de Feria lo pusieron, a primera hora del mediodía, las atracciones y los puestos de las tómbolas en la calle del Infierno, en la que decenas de familias acudieron con sus hijos para que pudieran disfrutar del domingo.

A medida que avanzaba el día, con el consiguiente aumento progresivo de las temperaturas, el ambiente que podría encontrarse en cualquier colegio electoral se trasladaba a las casetas de El Arenal. En el día de la fiesta de la democracia, la alegría se respiraba por cualquier motivo: una despedida de soltera, una reunión familiar o un motivo deportivo. Como fue el caso de Jaume Verdeguer, que tras el título del Valencia obtenido en Sevilla no dudó en pasear por El Arenal con la camiseta de su equipo. «Estoy desde el viernes aquí y llevo unos cuantos años viniendo a Córdoba, pues tengo amigos», dijo. Como Jaume, más de uno quiso mostrar también su orgullo por el triunfo ché.

Llegada la hora de la comida, la música, cuyo hilo no se está respetando en estos dos primeros días de fiesta, se trasladaba a las casetas. El flamenquito, las rumbas y las sevillanas eran las protagonistas, salvo en las casetas más pegadas al río, en las que el pachangueo animaba a los grupos de amigos que desfilaban por las calles de El Arenal.

Las 14.00 horas era la hora clave, en la que los fogones de las cocinas y las parrillas estaban a pleno rendimiento y los grifos tiraban litros y litros de cerveza. Todos querían comenzar su día de disfrute, como lo hizo el exfutbolista Juan Rafael Fuentes acompañado de amigos y familiares.

Esas degustaciones de platos típicos estuvieron amenizados, en muchas casetas, por las academias de baile flamenco, que demuestran el talento precoz de sus alumnos, potenciado así un arte que es patrimonio inmaterial de la Humanidad. Así lo hicieron la academia Jorge del Pino, en la caseta de la peña Fosforito, la de Encarna López, en la de Los Quintos, o la de Flora e Hija, en la Federación de Peñas. Hubo también tiempo para recepciones en las casetas, como la que celebró la Asociación Carnavalesca en la caseta Abril, que respiró un gran ambiente durante toda la jornada.

OTROS ESTILOS MUSICALES / Pero no solo el baile de sevillanas y flamenco era el que se practicaba en El Arenal, pues también hubo batucadas en la caseta de ASPP o el buen rollo que transmitían la academia Cordobaila en la Diputación de Córdoba, lugar donde hicieron su tradicional quedada profesores y alumnos. «Llevamos más de 10 años funcionando y con estas quedadas cada vez ganamos más adeptos», aseguró Inma García, una de sus profesoras. Y ya entrada la tarde y después de reponer fuerzas, las casetas de música moderna iban acogiendo grupos de amigos. Los amantes de la música de los 80 y 90 tuvieron su momento con la actuación de Rockopop en la caseta La Rosa. Y entre baile y baile, se pasó la otra parte de la fiesta de la democracia del 26-M.