La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se ha sometido hoy en la Comisión sobre la Financiación de los Partidos en el Senado a un duro interrogatorio del PP, al que la dirigente socialista ve "desesperado" ante la proximidad de las elecciones andaluzas y acusa de montar "este teatro" para contaminar la campaña.

Han sido cinco horas y media de comparecencia, con dos breves recesos y sin parar para comer, en las que Díaz se ha defendido de las acusaciones del senador del PP Luis Aznar, quien la ha acusado de estar "salpicada de una forma u otra" por escándalos como los ERE o los cursos de formación, o la "red clientelar engrasada por la Junta para impedir la alternancia política".

Esta conclusión ha sido precisamente la que después ha utilizado Susana Díaz para dar por demostrado que el PP, que impulsó en solitario esta comisión en el Senado en ausencia de los demás grupos políticos, la ha llamado a comparecer porque "había elecciones en Andalucía".

Cree que su comparecencia ha sido "fruto de la desesperación del PP", como un primer acto de campaña electoral, en el que se ha visto que los populares no han "digerido la moción de censura".

Sainete, teatro o circo son algunos de los calificativos que la presidenta andaluza ha puesto a esta sesión de la comisión que por momentos parecía interminable y durante la que el senador Luis Aznar ha intentado acorralarla con los ERE, la imputación de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, los cursos de formación, y al final también con sus familiares.

Díaz ha negado que haya investigación judicial alguna por financiación ilegal del PSOE andaluz, ha defendido la absoluta transparencia de su gestión y ha dicho que no tiene "una sola mancha" y que no hay nada de lo que acusarla, porque además ella llegó a la Presidencia de Andalucía en 2013 y antes sólo estuvo un año en el Gobierno de Griñán.

TENSA Y LARGA DISCUSIÓN

Luis Aznar, además, ha intentado demostrar, mencionando al marido de Susana Díaz y varias de sus cuñadas, que hay un "sistema de enchufe permanente" en el PSOE, y para ello ha recordado que fueron contratados por UGT cuando se cobraban las subvenciones por los cursos de formación.

Argumento ante el que Susana Díaz no se ha amilanado y ha dado pie a una tensa y larga discusión, en la que la socialista se ha proclamado orgullosa de tener una familia "obrera y trabajadora" y un marido "currante y mileurista", que fue contratado en UGT antes de que ella fuera presidenta.

Lo que comprende que sorprenda en el PP, acostumbrados como están a comidas "con Villarejo", "Jaguars que llegan a casa" o fiestas de cumpleaños con "confeti", ha dicho.

Luis Aznar no se ha quedado atrás, ha reprochado a la presidenta andaluza que adopte el papel de "mártir" y de "víctima" y ha insistido en que no le da "pena su marido", sino el "otro millón y medio de trabajadores que siguen en la cola del paro".

Ha habido momentos de gran tensión durante el interrogatorio, y hasta cuando parecía que se relajaba el ambiente, volvían a tener un encontronazo.

Y así se ha visto después de que el senador 'popular' sugiriera que se le notaba nerviosa por haberse tomado "cuatro cocacolas" o cuando ha aludido al "gracejo" de la presidenta andaluza.

Díaz le ha replicado que no había sido citada para que se la llame "mártir" ni para sufrir descalificaciones, y ha sido lo que le faltaba para salir de la comisión defendiendo a los andaluces y su acento y volviendo enlazar con la teoría de que su comparecencia venía provocada por la intención del PP de intervenir en la campaña electoral para los comicios del 2 de diciembre.

La presidenta de la Junta ha condenado el "supremacismo, clasismo y desdén" con el que PP mira a Andalucía.

"No nos conocen, no les interesamos y solamente hablan de nosotros y mal cuando llegan las elecciones", ha subrayado tras declararse orgullosa de su acento y de nuevo de su "honestidad".

"¿Saben lo importante que es en los momentos que vive la política poder ir por la calle, que la gente sepa donde vives, lo que tienes y que eres honesta?", ha enfatizado.

Su conclusión: "Ha sido todo un sainete".