Ventas de Huelma, un pueblo de Granada de unos 600 habitantes, ha arañado un hueco en la actualidad nacional e internacional gracias a su pantera negra, un «bicho» que mantiene activo un dispositivo especial de la Guardia Civil pero que podría ser un gato gordo y salvaje al que algunos han oído rugir.

La historia del pueblito granadino al que le han podido dar gato por liebre -para ser más exactos, por pantera-, comenzó hace ayer una semana cuando un grupo de vecinos que recorría el camino cercano al Castillo vio un animal negro que tomó por un felino salvaje.

En la máxima del más vale prevenir que curar, el Ayuntamiento de Ventas de Huelma alertó a sus vecinos del avistamiento de una posible pantera negra, pidió calma, desalentó a los curiosos para eliminar riesgos y organizó un dispositivo especial.

En ese operativo han participado desde entonces agentes de Medio Ambiente de la Junta, voluntarios de Protección Civil y diferentes secciones de la Guardia Civil, un plan de busca y captura al que se han sumado medios de comunicación, expertos en fieras y curiosos. El culebrón ha crecido con cada batida en busca de esa fiera a la que algunos vecinos han oído rugir salvaje en lo que podría ser al final el ronroneo de un gato pasadito de peso.