Merece la pena que venga Rosalía. Me he leído sus biografías, sus deseos, sus silencios incluso, de dónde viene, porque donde va, donde quería ir, ya está. Igual cuando escribo este perol, viernes por la mañana, por razones de tiempo, siempre, lo del sueño ya no es realidad, pero por soñar que no quede, a nadie le está prohibido soñar, aunque, cuidado, niña Rosalía, que te sigo desde que viniste al mundo, al mundo del arte digo, que en Córdoba la gente sabe mucho de las dos cuestiones, y no solo del flamenco. Flamenco de verdad, del bueno, El Pele es una referencia. Y, por cierto, el niño Curro de Lucena, que es más o menos de mis años, me envía su ultima creación. Preciosa, precisa, gracias, viejo maestro. Bueno y también sabemos, sobre todo los que saben, del arte en general, de la copla, de la guitarra, no te digo, aunque este año nos falte, Bob Dylan, que dejó tan buen recuerdo.

En fin, niña Rosalía, que vengas o no vengas, que sepas que nos gustaría verte de cerca, aunque sea con esas uñas, que a mí no me gustan nada, porque no te hacen falta para cantar, para estar ahí, como estás en el escenario..

Y además acabo de leer ahora mismo, en una página pseudocientífica, que el arroz no engorda, alimenta pero no engorda, lo que te cuento ahora mismo, como si fuera una buena noticia…

Luego pues hay más, no te creas, que para eso es domingo. Por ejemplo, que he preguntado a quien está muy cerca de nuestro cordobés tan popular como es Fernando Tejero, y no es por rizar el rizo, de la semana pasada, si es verdad que estaba tan contento nuestro actor más famoso. Y me responden «cierto, es que está enamorado, y además, y esta es la noticia, de una persona muy conocida, de Telecinco, y famosa…»

No he querido preguntar más, tampoco es necesario, lo importante es que sonría.

Como yo, que estoy tan contento porque el presidente del Círculo de la Amistad de Córdoba, mi querido amigo Pedro López Castillejo, que lo está haciendo de orejas y rabo, me manda un libro de poesía, con dibujos suyos, del genio Ginés Liébana, titulado Amores pasajeros al tren. Preciosidad, documento mágico, lleno de poemas cortos, la metáfora, el absurdo más concreto.

Va y dice por ejemplo el maestro, y lo copio textualmente:

Un sujeto de carne bragada

A pie junto con marcaje

Mece la verónica.

En la inclemencia de un cerrado

Lanceo con la solera amante

La cito a corto, le tiro el capote

Y la arrojo a la cuneta

Como le impone la dramaturgia.

Góngora, otro grande también nuestro, estos días está de gran actualidad, está cerca, en el burladero de la creación, del pintor, al que tengo a la cabecera de mi cama, porque un día me pintó un ángel, que vuela sobre mis sueños y encima los reconforta…

Me gusta, mucho, dar noticias cultas, de mi geografía constante. Por eso debo recoger aquí el nombre de quien se ha ido, pero que tiene su sitio al menos en mi vitrina, Pitita Ridruejo, la soriana de talento castellano y talante andaluz, a la que uno quiso tanto, y que además gustaba tanto de ese Palacio de Viana de Córdoba. Como si escribo de la Pantoja, que España esta pantojeada hasta arriba. Y ese sin nombre que va y me dice cuando íbamos en el AVE, a la altura de Montoro.

-A ver si es usted capaz de decir, señor Medina, en su Perol del domingo, que las mujeres que mejor llevan la mantilla son las mujeres de Córdoba. En la feria a veces, aunque ya se lleva menos, pero, eso sí, en una boda, y hasta en la primera comunión de un nieto, porque la llevan, con na-tu-ra-li-dad. Y donde están las mejores colocadoras de mantilla, que es una obra de arte, es en Córdoba, desde siempre, desde antes de Julio Romero de Torres, que ya las pintaba con mantilla en sus cuadros más famosos…

Aún no he tenido tiempo de preguntarle a mi Mercedes Valverde de mi alma, pero espero su consejo. Y termino con la filosofía, siempre verdadera, de nuestra columnista, académica, Rosa Luque, que escribe, eso sí, como las ángeles.

-«El patio cordobés es una manera, una forma de cultura de todo un pueblo».

Más o menos así escribe Rosa, que no me atrevo a publicarla exactamente como ella dice, porque entraría en el desafortunado plagio…

Y la feria, que quieren que les diga, cada vez, está más cerca. A la vuelta de la esquina. La feria de Córdoba, que es también, y sobre todo, una forma, una manera de la vida cordobesa…

De izquierda a derecha, la cantante Rosalía, el actor Fernando Tejero, el pintor y escritor Ginés Liébana y la aristócrata Pitita Ridruejo. Fotos: EFE / SÁNCHEZ MORENO