La pontanesa Ana Vela Rubio cumplió el pasado 29 de octubre 116 años en el geriátrico de Barcelona, donde vive desde hace ocho años, ahora con su hija, de 90 años, que también ha ingresado en la misma residencia.

Con 116 años y 31 días, Ana Vela es la tercera persona más anciana del mundo, tras las japonesas Nabi Tajima, que tiene 117 años y 117 días, y Chiyo Miyako, que cumple 116 años y 211 días, según el registro de personas más mayores elaborado por el Gerontology Research Group (GRG). Según explicó ayer a Efe el director de la Residencia La Verneda, David González, Ana Vela recibió un homenaje íntimo por su cumpleaños con su familiares y «sigue fuerte como siempre». Aunque padece demencia senil y ya no recibe estímulos externos, no está encamada, pero va en silla de ruedas. «Come lo mismo que el resto de ancianos ingresados, aunque lo hace triturado. Cada día se levanta a las 10 de la mañana, desayuna, echa la siesta, merienda y cena, como todos los internos», entre los que hay cinco con más de 100 años, explicó González.

La longevidad de Ana Vela y de otros internos de esta residencia ha hecho que un grupo de investigadores de la UNED se desplace una vez al mes al geriátrico barcelonés para elaborar un estudio sobre la prolongada vejez de algunos de los residentes. Ana Vela, que nació el 29 de octubre de 1901 en Puente Genil (Córdoba), llegó a Cataluña en los años 40 y desde 2008 reside en la residencia geriátrica pública de La Verneda de Barcelona. Pese al hito de que Ana Vela esté batiendo todos los récords de longevidad en España --nunca hasta ahora nadie había vivido tanto tiempo--, González confesó que «desde fuera se ve como un hecho excepcional, pero desde dentro lo vivimos con normalidad».

Modista de profesión, se trasladó desde Puente Genil a Cataluña en la década de los 40, donde empezó a trabajar como cortadora-modista en el sanatorio de tuberculosos de Terrassa (Barcelona). En 2005 empezó a acudir al centro de día de la residencia y desde 2008 es residente fija de la Residencia, Centro de Día y Hogar La Verneda de Barcelona, que gestiona la Fundación Salud y Comunidad, cuya titularidad corresponde al Instituto Catalán de Asistencia y Servicios Sociales de la Generalitat y donde viven 80 ancianos. Aunque cognitivamente ya no recibe estímulos, abre los ojos y mantiene una mirada simpática.

«No aparenta 116 años, hay residentes más jóvenes que parecen mayores que ella», explican sus cuidadoras. «Nosotros la tratamos como una más, para nosotros es especial, pero no recibe un trato especial, no la tratamos como si tuviese 116 años», puntualiza González. Ana Vela siempre ha sido una mujer «superamable, supercariñosa y muy optimista», quizás ello esconde el secreto de su longevidad, y también su fortaleza física, que le ha ayudado a superar la muerte de tres de sus hijos y de sus hermanos. Hija de Pedro y Carmen, con estudios primarios y católica practicante, Vela trabajó como modista en su casa durante muchos años, tuvo cuatro hijos, de los que sólo vive una hija, cuatro nietos y varios biznietos, además de un sobrino.

En el ránking de personas más longevas del Gerontology Research Group, detrás de Ana Vela aparecen la italiana Giuseppina Projetto-Frau, que tiene 115 años y 183 días, y la japonesa Kane Tanaka, con 114 años y 331 días. En total viven 40 personas en el mundo con más de 112 años, según el Gerontology Research Group, que sitúa en el puesto número 20 de esta lista a otra española, Avelina Mouzo Leis, que ha cumplido 112 años y 337 días.