Los hermanos de la hasta ahora agrupación parroquial de la Virgen de la O, en la barriada de Fátima, están de enhorabuena, ya que recientemente el obispado la ha aprobado como pro-hermandad a la vez que ha aprobado sus estatutos ad experimentum, es decir, que de aquí a dos años será cofradía de pleno derecho. Un reconocimiento que se han ganado a pulso con una labor en la parroquia y su entorno callada pero sólida, afianzando sus pilares, haciendo auténtica hermandad alejada de actos de postureo cofrade a la que alguna que otra aspirante a hermandad nos tiene acostumbrados y que solo queda en eso.

En la O la vida de hermandad se palpa, se siente, basta con acercarse a la parroquia de la Aurora y comprobarlo. Basta con ver el ambiente de cofradía de barrio que se vive el Sábado de Pasión alrededor de la guapa dolorosa, donde más de un centenar de hermanos acompañan al palio de la Virgen, que por cierto esperamos que este año pueda salir sin obstáculos de las dependencias del Centro Cívico. Una vitalidad que se pudo ver el pasado mes de junio en la bendición de su titular, Nuestro Padre Jesús de la Victoria en sus Tres Caídas. En definitiva, una hermandad hecha a sí misma que goza de la admiración y el cariño que solo sabe dar un barrio, y eso se nota.

Por eso, estos días son días grandes para la joven pro-hermandad, atrás han quedado más de veinte años de intenso trabajo, de sacrificio y de incomprensiones que, sin duda, la han hecho más fuerte si cabe. La pro-hermandad de La O, desde la sencillez y el servicio constante a su parroquia, ha puesto de manifiesto que con paciencia y sacrificio los sueños se cumplen.