El coronavirus se ha convertido en un elemento más para la competición en la temporada 20-21. Un positivo significa no disponer de un jugador durante dos semanas. Un brote puede confinar a toda la plantilla y anular los entrenos en el campo durante ese periodo de tiempo, al menos, con el consiguiente golpe a la preparación física y táctica de cada equipo. El Córdoba CF es consciente de que la Liga 20-21 es distinta a las anteriores y futuras y no solo porque las gradas de los estadios estén vacías: el covid-19 se ha colado como un elemento competitivo más y tiene un peso importante, también en el día a día de los jugadores, de los cuerpos técnicos y de los clubs. Así es una semana de competición en El Arcángel.

Lunes

Javi Flores disfruta de su día de descanso semanal. No hay entrenamiento pero, además de respetar las normas para evitar el contagio por covid-19, debe cumplir con un rito semanal. Accede, vía web, a la plataforma Fénix de la RFEF, en la que ha de rellenar el cuestionario anti-covid como cada semana. Un documento tipo test en el que se le pregunta por su día a día en la última semana: si ha tenido contacto con amigos o familiares a los que llevaba tiempo sin ver, si ha tenido alguna décima de fiebre o si ha cumplido las exigencias diarias exigidas por los responsables de su club, entre otras cuestiones. Un formulario al estilo de la declaración responsable -aunque más amplio y completo- que deben rellenar aficionados y empleados del club cuando han de acudir a cada estadio.

El jugador es consciente de esa obligatoriedad, ya que una vez rellenado es remitido por parte de la RFEF al médico del club, el doctor Bretones en este caso, que ha de validarlo. Si el futbolista no lo hiciera, el organismo federativo no le permitiría competir en la siguiente jornada de Liga, por lo que no solo él y todos sus compañeros, sino que todos los jugadores y cuerpos técnicos que participan en Primera, Segunda, Segunda B, Tercera, Primera y Segunda Femenina, incluso los chavales que juegan en la División de Honor Juvenil, han de cumplimentarlo.

En caso de que algún futbolista dé positivo también se ha de comunicar a la RFEF, que trasladará la información al Sistema Nacional de Salud, que otorgará la baja automáticamente. También, cuando el SNS dé el alta al jugador informará a la RFEF, que lo señalará como apto de nuevo para la competición. Tres o más positivos en una plantilla se considera brote, por lo que el aislamiento de diez días es obligatorio.

Martes

El capitán del Córdoba CF se viste de corto en casa. Hay entrenamiento y el acceso a los vestuarios está restringido, por lo que una vez preparado para el entreno, botas incluidas, coge su coche particular para desplazarse hasta la Ciudad Deportiva. Allí le esperan el doctor Bretones y la delegada covid, Auxiliadora Ignacio, en una carpa con mesa instalada expresamente para la ocasión. El doctor Bretones intenta, sobre todo después de un día o dos en los que los jugadores no han estado juntos, evitar precisamente la reunión en un espacio cerrado. Así, en caso de que un jugador dé positivo u ofrezca un resultado no concluyente en la prueba se le aislará durante diez días y se evitará que se confine a toda la plantilla al no haber sido contacto estrecho, como ha ocurrido, sin ir más lejos, en el Recreativo Granada.

Generalmente, Bretones realizará un test de antígenos (ver información adjunta). Una vez que ha confirmado el negativo de todos los jugadores y el cuerpo técnico hay vía libre para el entrenamiento. Al concluir la sesión, cada uno de ellos debe ducharse en su domicilio particular.

Miércoles

El ritual se repite de nuevo, aunque en esta ocasión, el capitán, Alberto del Moral y Bernardo Cruz tienen sesión de masaje. El tratamiento fisioterápico lo han de recibir en El Arcángel. No hay otra alternativa, al igual que con los que deben completar la sesión con una visita al gimnasio. Cada sala está desinfectada expresamente y cuando termina el tratamiento pueden ducharse en las instalaciones del estadio. Pero individualmente, en un espacio concreto y tras ser este desinfectado antes y después de su uso.

En la sesión de gimnasio, por cierto, se trasladan algunos elementos fuera del salón en sí, junto al patio existente en el estadio, buscando el aire libre. Víctor Salas, coordinador del área de salud de la entidad blanquiverde, es el responsable de que todas las instalaciones sean desinfectadas cada dos semanas, de que se cumpla el protocolo y de que haya siempre a mano gel hidroalcohólico o mascarillas, entre otras actuaciones preventivas.

Jueves

El Córdoba CF juega partido de Liga el próximo domingo por lo que, como cada semana antes de la competición, el doctor Bretones, con la ayuda de la delegada covid del club, debe realizar las pruebas PCR a toda la plantilla y al cuerpo técnico. Se sigue el mismo ritual. Los resultados han de enviarse a la RFEF, cuyo Comité de Competición debe comprobar que los jugadores son aptos y que los que no lo son cumplen con la normativa y con las directrices marcadas por el Sistema Nacional de Salud. Esas 72 horas de margen sirven para que al laboratorio le dé tiempo a dar resultados a pruebas adicionales, ya que los resultados de una PCR suelen llegar en un espacio de entre 24 y 48 horas. El test de antígenos realizado tres días antes ayuda a mantener la línea de control, además, claro está, de la responsabilidad de los propios jugadores.

Es fundamental que el futbolista mantenga contacto casi a diario con el médico del club -Bretones, en este caso, se convierte casi en un confesor- para que este sepa si ha tenido contacto con alguien fuera de su “burbuja” familiar, de las personas con las que diariamente se relaciona. Hay que evitarlo en lo posible, pero en caso de haber recibido la visita de un amigo o de un miembro de la familia con el que no se ha visto en semanas, debe informar al doctor Bretones, que en este caso valorará si debe realizar un test extra al futbolista. Como en el resto de actividades, la transparencia en la información y la rapidez en la que esta llega serán fundamentales para evitar que un contratiempo en forma de posible contagio vaya a más, de ahí que el compromiso de la propia plantilla, incluido el cuerpo técnico, resulte vital.

Viernes

Juan Sabas ha decidido, para completar el entreno a puerta cerrada en El Arcángel añadir a la plantilla, esa mañana, a dos jugadores del filial, Iván Navarro y Antonio Moyano. El doctor Bretones vuelve a cumplir el protocolo. Cita a ambos en la Ciudad Deportiva y les hace un test de antígenos, cuyo resultado negativo da vía libre para entrenar, aunque ya hubieran pasado apenas tres o cuatro días antes otra prueba. El objetivo, lógicamente, es reducir el riesgo al contagio a su mínima expresión. Posteriormente, con todos los resultados negativos a la PCR del día anterior, Bretones comunicará al equipo rival dichos resultados, informándole que el Córdoba CF llega al compromiso liguero libre de coronavirus. No todos los clubs cumplen. Algunos de ellos se muestran remisos y otros llevan unos protocolos algo más laxos, por lo que no siempre, al finalizar un encuentro, se puede ver la imagen, en otros tiempos habitual, de abrazos entre rivales. Es la prueba del algodón de que unos cumplen a rajatabla y otros, no tanto.

Sábado

Por si fuera poco, y al igual que el resto del país, la campaña de vacunación contra la gripe ha comenzado y ante la pandemia de coronavirus las existencias para la influenza son difíciles de captar. También para los clubs de fútbol. Sin embargo, según pudo saber este periódico, el 85% de los componentes de la plantilla y cuerpo técnico del Córdoba CF ya están vacunados, alguno de ellos, hasta de cuatro cepas. Básicamente, los que tienen niños pequeños en casa, que asisten a guarderías o a clases de Primaria. Solo apenas cuatro o cinco jugadores no la han recibido, principalmente, porque no tienen hijos y viven solos o con pareja.

Domingo

Día de partido. Las precauciones son las mismas que en el resto de la semana para el Córdoba CF. Si toca viaje en el bus oficial, los jugadores ocupan todo el espacio del vehículo, que se intenta mantener aireado siempre. Si es en El Arcángel, el desplazamiento es en vehículo oficial y para vestirse de corto se emplean diversas dependencias. El objetivo es claro. Un positivo significa una baja de dos semanas, aproximadamente. Si dichos positivos fueran alternativos y aislados, el equipo sufriría igualmente la ausencia de al menos un futbolista cada dos encuentros, que podría llegar a tres, ya que después de dos semanas de parón la prudencia con el jugador ha de ser mayor. En caso de que haya tres o más contagios, el SNS indicará la existencia de un brote, por lo que toda la plantilla debe ser confinada en sus domicilios particulares durante esos 10 días. El Córdoba CF, en esa hipótesis, no solo tendría que aplazar el encuentro de Liga correspondiente, sino que tendría que reajustar los entrenamientos después de casi dos semanas de parón. Es la otra Liga, la del covid-19. Y en esa, al menos por ahora, el Córdoba CF también marcha en cabeza.