-Lo primero es preguntar, ya cerca de que termine, por cómo ha ido la campaña.

-Bien. Hemos tenido un problema con el tiempo lluvioso, que ha obligado a adaptar actos y eso también influye. Pero la verdad es que las sensaciones, tanto con los compañeros de partido como con los ciudadanos, en general, están siendo positivas. Y más para mí, que hace cierto tiempo que no vivo este trabajo de una campaña electoral... francamente positivo.

-Una pregunta que se le podría hacer a cualquier candidato de cualquier partido: ¿No habría que modernizar las campañas electorales? Ahora con las redes sociales... sin que tenga sentido una jornada de reflexión, un periodo de campaña, los actos y encuentros con la prensa a la ‘antigua usanza’… Eso llega a la gente.

-Quizá sea algo muy... añejo. Y no sé si eso llega a la gente. No lo sé. Aunque, francamente, no se me ocurre ahora alguna alternativa. Se criticó y elogió a Juanma Moreno por empezar la campaña con un hackathon (encuentro de programadores), que es una cosa como muy moderna, en lugar de la clásica pegada de carteles. Pero, bueno, al final una campaña sirve para ser un altavoz, una llamada de atención para que la gente sepa que tiene que prepararse para un día importante. Y más en este 2 de diciembre.

-Y está terminando una campaña en Córdoba en la que veo que se han volcado en los pueblos. ¿Quizá por la presión de Ciudadanos, un partido con implantación urbana pero que esta vez se ha desplegado por la provincia?

-Bueno (sonríe)... Yo, la verdad, no los he visto en ningún sitio. Que no digo que no sea así pero... de verdad que no me los he encontrado. Y nosotros sí tenemos costumbre de trabajar mucho en la provincia, aprovechamos una estructura muy seria, muy sólida, y también estamos trabajando ya mucho para las elecciones de mayo desde hace tiempo. Eso nos permite tener un sistema afinado. También está el trabajo en la calle. Tantísimos kilómetros entre reuniones, hablar cara a cara. Es la línea que marcó el presidente provincial, Adolfo Molina.

-Llevan un programa extensísimo, de 430 páginas. ¿No es prometer mucho? Afirman que harán en 4 años lo que no ha podido hacer el PSOE en décadas.

-Es que en el programa concretamos. No solo decimos lo que vamos a hacer, sino cómo. Hemos dicho que se crearán 600.000 puestos de trabajo, pero también cómo. En el PSOE, como no tienen intención de cumplir, no tienen que dar más detalles. Por cierto, nos está sorprendiendo la cantidad de personas que están visitando nuestra web y descargándose el programa electoral.

-Pero invertir más a la vez que se reduce la fiscalidad, como proponen... ¿Eso cómo se hace?

-No hay una relación directa entre subir los impuestos y recaudar más. Si se dispara la presión fiscal, también aumenta el fraude, baja la actividad, la gente deja de confiar en el sistema... De hecho la comunidad autónoma que más recauda por habitante es Madrid, que es la que tiene los impuestos más bajos. No se trata de cobrarle lo máximo a las pocas empresas que tenemos en Andalucía. Lo que hay que tener es más empresas y que paguen menos, pero recaudando más entre todas. Nosotros creemos que con unos impuestos razonables se reduciría de una forma importante el fraude y conseguiríamos mantener los mismos ingresos o más, pero de una forma más equilibrada, ordenada. No pasaría como ahora, donde hay un número muy importante de andaluces que fijan su residencia en Madrid para poder ahorrarse el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.

-No recuerdo una campaña con más presencia de líderes nacionales de un partido visitando Córdoba. Pablo Casado, Teodoro García Egea, Ana Pastor, García Tejerina, Dolors Montserrat... ¿Es que hay algún escaño ‘bailando’ en Córdoba y se está haciendo un esfuerzo mayor?

-No. Por ejemplo, el jueves (hoy) vienen cinco diputados nacionales, con el portavoz adjunto Jaime de Olano, y vienen para ayudarnos a repartir publicidad, sin más. Se está actuando con una enorme solidaridad entre compañeros. La pregunta no es por qué el PP nacional apoya a los de su partido en Andalucía, sino por qué en otros partidos sus líderes ni aparecen. Nosotros somos parte de un proyecto colectivo.

-Sigamos hablando del partido. Usted en su día llegó al PP desde una formación del centro. Ahora se acusa al partido de formas y propuestas más conservadoras. ¿Se siente cómodo?

-El Partido Popular es un sitio en el que una persona de centro, y yo me considero así, se siente cómoda. Pero en este momento el PP está siendo muy criticado por una izquierda intransigente que ataca, cuestiona e insulta todo aquello que no sea lo que ellos defienden. A la vez, hay partidos como Ciudadanos que nos critican por tener posturas poco contundentes. Y yo creo que el PP está en su sitio. Estamos en el sitio de la responsabilidad, incluso con el debate de la inmigración. Porque a mí me parece tremendamente irresponsable lo que está haciendo la izquierda en este país. Mire, en África hay 1.400 millones de habitantes y alrededor de 1.350 están en una situación que podríamos calificar de pobreza. Y en España no podemos recibir a 1.350 millones ni decidir «tú sí, tú no, tu sí, tú no…» entre gente que su única salida es jugarse la vida, ponerse en manos de las mafias, dejarse los ahorros de toda la vida. Y no podemos ofrecer casa, empleo, atenciones... Tienen que venir en condiciones y nosotros con medios suficientes.

-¿Pero vienen todos a la vez?

-Primero, también tenemos que cumplir con la normativa europea y, segundo, hacer sostenible el sistema, porque si el sistema cae no seremos útiles ni para los que vengan ni para los que estamos. Un dato: en los 6 meses desde que llegó el Aquarius la inmigración ilegal ha subido un 160%. Para ser solidario, un sistema tiene que permanecer de pie, porque si se derrumba...

-Otra pregunta sobre su partido. ¿Están cerradas las heridas de las primarias?

-Mire en Córdoba. Rafael Merino, que apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría, está implicadísimo en la campaña. Andrés Lorite, que se decantó por Pablo Casado, igual. Yo, que apoyé a Dolores de Cospedal, inicialmente, y luego a Pablo Casado, estoy dejándome la piel. Adolfo Molina, que mantuvo una neutralidad, está al 100%... Y lo que pasa en Córdoba ocurre en España, en el Congreso… El proceso no solo no ha dejado cicatrices sino que ha aportado nueva energía para afrontar retos.

-Cerremos volviendo a las elecciones, o mejor dicho al día después, a los posibles pactos.

-Aspiramos a una mayoría de cambio, pero si esa mayoría no se da, hablaremos con cualquier partido, que no sea el PSOE, que decida poner en marcha un proyecto diferenciado, distinto a lo que hemos vivido 40 años en Andalucía. Estaremos encantados de hablar con ellos. Está claro que habrá menos sintonía, por ejemplo, con Adelante Andalucía. Pero tenemos que intentar la alternancia en Andalucía, que trasciende a un corto plazo, a algo puramente partidista e ideológico. Hace falta abrir las ventanas, revisar los proyectos, revisar los procesos de gestión, abrir una nueva etapa en Andalucía...