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datos del instituto de estadística de andalucía

El 24% de los pueblos cordobeses está en riesgo de despoblación

Las provincias de Almería y Huelva registran los peores resultados de la comunidad autónoma. En el IESA prevén que la situación se agravará en medio centenar de municipios a medio plazo

El 24% de los pueblos cordobeses está en riesgo de despoblación

Una cuarta parte de los pueblos de Córdoba se encuentra en riesgo de quedar despoblados, si se tiene en cuenta el parámetro de los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado que fija la UE y que el Ministerio de Política Territorial cita en su página web como indicador de esta situación. De este modo, 18 municipios de la provincia (ver cuadro) no llegaban a esta mínimo de densidad de habitantes según los últimos datos del Instituto de Estadística de Andalucía, que son relativos al año 2017 y, por tanto, no incluyen los municipios de Fuente Carreteros y La Guijarrosa, y otros seis creados el año pasado en Andalucía.

Pese a ser llamativo, este resultado no es el más desfavorable de la comunidad autónoma. La estadística refleja que las peores situaciones se dan en Almería, con el 37% de sus localidades en riesgo de despoblación (38 en números absolutos), y Huelva, que tiene un 35% (28 municipios). Granada iguala el resultado de Córdoba, al tener un 24% (42 pueblos) y en Jaén esta situación afecta al 18% de las localidades (17 en términos absolutos). Cádiz tiene el mejor resultado, con un 7% (3 municipios); en Sevilla solo el 8% tiene menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado (8 ciudades), y en Málaga, un 9% (8 municipios).

Este análisis confirma un escenario sobre el que distintas voces vienen alertando desde hace años, aunque Manuel Trujillo, coordinador de la Unidad Estadística del Instituto de Estudios Sociales Avanzados del CSIC, entiende que utilizar como referencia el término municipal para medir la despoblación «no es la forma más idónea» dadas las diferencias de extensión que existen entre los territorios. Trujillo confirma que «este fenómeno afecta muchísimo a la mayoría de los municipios de Córdoba» y prevé que medio centenar de los 77 que existen en la actualidad continuará perdiendo residentes, una situación que, a su juicio, se acentuará en el medio plazo.

Así lo ponen de manifiesto también los datos del padrón, que indican que 50 municipios cordobeses (el 67% del total) han perdido vecinos durante las últimas dos décadas, y que la tendencia se ha agravado desde el año 2008, cuando comenzó la crisis económica. A partir de ese momento, han sido 63 los pueblos que han reducido su cifra de residentes, el 84% del total.

En la última década, el conjunto de la provincia ha reducido en un 2% su número de habitantes, cerrando el año pasado con 785.240. De otro lado, en la capital se ha incrementado de forma muy leve y finalizó el 2018 con 325.708 residentes.

En línea con esta evolución, la capital de Almería ha ganado un 5% de población desde el 2008 y tiene ahora 196.851 vecinos, y la de Málaga ha experimentado un leve crecimiento, del 1%, hasta los 571.026. Sin embargo, los números han bajado en el resto de las capitales andaluzas y, por ejemplo, Cádiz ha perdido un 8% en los últimos diez años, por lo que ha alcanzado los 116.979 residentes. En Granada, el descenso se ha situado en un 2% y cuenta con 232.208; en Huelva y Jaén la caída ha sido del 3%, lo que sitúa a la primera en 144.258 habitantes y a la segunda, en 113.457. Por último, Sevilla ha perdido otro 2% y finalizó el 2018 con 688.711.

IMPACTO DEL EMPLEO / En cuanto a las causas que están provocando la despoblación, Manuel Trujillo alude a la actividad económica y el empleo como «una de las cuestiones fundamentales» y explica que, en estos momentos, «se está produciendo una gran concentración de la actividad económica en muy pocos polos de atracción, Madrid, Barcelona, la costa y poco más», precisando que esta es «la que genera más empleo de calidad, relacionado con las nuevas profesiones como las tecnologías de la información».

Trujillo comenta que «gran parte de los jóvenes quieren estudiar y tener un empleo que se corresponda con lo estudiado, y esto casi no existe en la mayoría de las capitales de interior». Por esto, augura que «si todo el empleo de calidad está en Madrid, Cataluña, País Vasco y aquí, en Andalucía, quizá un poco en Málaga, también las capitales perderán población sin parar». Preguntado por la situación de la costa, añade que en estos territorios la economía se encuentra ligada al turismo, la construcción y los servicios, y esto atrae «muchísima mano de obra».

De otra parte, sobre el caso concreto de Córdoba, manifiesta que se trata de «un problema enorme» y detalla que «la propia capital lleva años perdiendo población». De este modo, abunda en que en esta provincia «los municipios son grandes para la media española, por lo que el proceso de vaciamiento de población, siendo muy fuerte, quizá es menos llamativo, porque el punto de partida era mucho más alto».

El coordinador de Estadística del IESA-CSIC explica que los municipios cordobeses más pequeños concentran la actividad, fundamentalmente, en la agricultura, pero esta «cada vez representa un porcentaje más pequeño de la economía y requiere menos mano de obra». Así, señala que «apenas hay puestos de trabajo» y que, sobre todo en las zonas de Sierra, los propietarios se quedan en las fincas «con unos rendimientos muy escasos». Además de esto, hace hincapié en que existe «un desequilibrio por sexo más acusado en los pueblos de sierra», donde las mujeres tiene más tendencia a estudiar e irse a vivir fuera y los hombres, a permanecer en ellos.

En su opinión, esta situación «conduce a la extinción» de estas localidades en el medio plazo, al igual que sucede en muchas de otras zonas de España.

Manuel Trujillo cree que «es difícil ser optimista» acerca de la evolución demográfica, ya que «puede que algún pueblo se salve, porque lo haga bien o por su situación geográfica pero, como norma general, es muy difícil que por la propia política de estos municipios lo consiga». En línea con otros expertos, sostiene que «la solución tendría que ser una política de Estado que promueva la diversificación territorial de la economía» y recuerda que la pérdida de habitantes no solo está afectando a los municipios pequeños o medianos, sino a casi todas las capitales de provincia del interior de España.

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