La joya de Medina Azahara, el salón de Abderramán III, también denominado Salón Rico, era un centro de representación del poder, y se cree que es donde el califa recibía a las distintas embajadas que llegaban a Medina Azahara y donde se celebraban las fiestas más importantes del islam. Pero, sobre todo, es excepcional por su decoración, placada en bajo relieve y atauriques, que cubre todo hasta el techo. «Las excavaciones descubrieron que era un edificio basilical dotado de unas habitaciones anejas que, se entiende, son una especie de despacho, donde aparece también un baño. Y todo ello en relación con un magnífico jardín, donde también se disponía en el centro un pequeño pabellón, similar al Salón Rico, que también estaba repleto de decoración», señala Alberto Montejo, director del conjunto arqueológico.

Desde el punto de vista histórico, artístico y científico, esta emblemática sala es la pieza más valiosa de la ciudad califal, el edificio más complejo y, además, supone una transformación en la Medina Azahara original. «Para desarrollar todo este esquema decorativo que se está encontrando, el califa se dota se un círculo de intelectuales, médicos, matemáticos y astrónomos para configurar ese complejo lenguaje simbólico que se representa en el Salón Rico y en el jardín alto, con una organización en crucero, que algunos interpretan como un trasunto del paraíso islámico en la tierra en el salón de Abderramán III como representante de Alá en la tierra», continúa Montejo.

La restauración completa del Salón Rico cambiaría la visión de la ciudad palatina, aunque, según señala el director del yacimiento, «hay otra sala más», que se piensa que es el salón oriental y está sin excavar. «No sé si nosotros veremos el resultado», comenta Montejo, que asegura que ahora se está trabajando en las naves centrales. «Las actuaciones en el patrimonio histórico son complejas y difíciles, y nos hemos visto con muchos condicionantes que van surgiendo a medida que va avanzando la obra, surgiendo variantes que hacen modificar el proyecto», concluye.