Mariano Rajoy es un superviviente y por esa razón, aunque ayer no quisiera hacer autocrítica públicamente, sabe que tiene mucho que cambiar, en el partido y en el Gobierno, para poder seguir en la Moncloa el próximo invierno. Las elecciones andaluzas, en las que el PP ha caído de 50 a 33 escaños, han puesto de relieve graves carencias políticas, muchas achacables al máximo responsable del partido.

Los resultados andaluces no son extrapolables a toda España --como recordó Rajoy en el comité ejecutivo nacional, en línea con los expertos en demoscopia--, pero han metido el miedo en el cuerpo a centenares de alcaldes y barones del PP en toda España, que en mayo deben enfrentarse a las elecciones municipales y autonómicas y que ven con ojos de pánico el poderío de Ciudadanos. Lo vinieron a reconocer entre líneas Arantza Quiroga (Euskadi) y Alberto Núñez Feijóo (Galicia), aunque este último, como otros 11 barones del PP, rechazó viajar a Madrid para analizar la derrota. Si el partido de Albert Rivera ha convencido al 9% de los andaluces en pocas semanas, ¿qué no va a conseguir en otras comunidades si tiene dos meses más de margen?

LA MEJORIA NO CUELA Según fuentes del partido conservador y del Gobierno, Rajoy, que desde la semana pasada contaba con datos sobre el desmoronamiento que iba a sufrir su partido, se ha puesto manos a la obra. El jefe del Ejecutivo ha pedido a su Gobierno y al partido que diseñen un plan de urgencia para mejorar su propia imagen como líder, aumentar la coordinación entre el PP y la Moncloa (puesta en entredicho con los numerosos escándalos de corrupción y las políticas sociales) y tratar de frenar a Ciudadanos. Además, Rajoy ha reclamado que se reevalúe cómo presentar la recuperación visto que nadie se cree ese mensaje optimista, a pesar de que algunos datos macroeconómicos así lo señalan.

Una de las propuestas que están sobre la mesa es conseguir acercar "el Rajoy más humano" a los ciudadanos con algunos vídeos parecidos a los que el partido usó en enero, en los que el presidente llamaba a la puerta de varias casas y se paseaba por bibliotecas y farmacias dando las gracias por el esfuerzo para salir de la crisis. El presidente del Gobierno también va a pisar más la calle, después de tres años en los que ha estado en la Moncloa centrado en la lucha contra la crisis. Hoy estará en Vitoria y el jueves en Santander.

Juan Manuel Moreno, la apuesta personal de Rajoy para intentar vencer a Susana Díaz, afirmó con humildad el domingo por la noche que ahora tocaba "escuchar". Un estilo muy diferente al mostrado por Rajoy, que pocas horas antes de que se abrieran las urnas llamó "zascandiles" y "amateurs" a los contrincantes del PP. A lo mejor Rivera recordará esos apelativos en las elecciones de mayo, cuando el PP puede que necesite a Ciudadanos para mantener algunos ayuntamientos y autonomías.

Rajoy insistió ayer en su convencimiento de que el Partido Popular será la primera fuerza política en España en la próxima cita electoral, las autonómicas y municipales del 24 de mayo, y llamó a los suyos a "ponerse las pilas" y a continuar trabajando. "Ni ha perdido Rajoy ni ha ganado Pedro Sánchez". Este fue el análisis del vicesecretario general de organización, Carlos Floriano, quien aseguró que su partido sí ha hecho autocrítica.