Los cuerpos sin vida del matrimonio formado por Remedios B.M., de 81 años de edad, y Manuel H.R., de 80 años, fueron encontrados ayer sobre las diez y media de la mañana en su domicilio de la calle Muñoz de Sepúlveda, 55 de Pozoblanco. Al parecer el cadáver de ella apareció boca abajo, en el salón de la casa en medio un gran charco de sangre, con varios cortes en el cuello y una de sus manos prácticamente seccionada. El de su marido se encontraba a varios metros en el patio también boca a bajo, pero sin signos de violencia y sin restos de sangre.

Según ha podido saber este periódico de fuentes solventes no se descarta que se trate de un nuevo caso de violencia doméstica. La autoridad judicial ha decretado el secreto de las actuaciones.

Ayer eran varias las conjeturas que se barajaban en Pozoblanco sobre lo que podría haber ocurrido en el interior del domicilio. La que más fuerza tomaba era que el marido hubiera acabado con la vida de la mujer y después se hubiera suicidado. Algunas tesis apuntaban a un posible suicidio del hombre con pastillas tras acabar con su esposa, algo a lo que parece que las hijas no daban credibilidad, porque según algunos testigos presenciales ellas decían que era la madre la que le suministraba a él los medicamentos que necesitaba, porque el marido no estaba al tanto de ellos; situación que se deberá esclarecer una vez que se le practique la autopsia a los cuerpos de la desgraciada pareja.

El matrimonio tenía dos hijas mayores y habían perdido a otro hijo hace unos años.

La noticia del suceso corrió ayer como la pólvora por el municipio y por las redes sociales. Algunos de los vecinos más próximos a la residencia de los fallecidos se enteraron por llamadas recibidas de sus familiares desde diferentes puntos de la geografía española que habían leído en twitter el suceso y por eso salieron a la calle, aunque la Policía Local, que cortó un tramo de la vía, y la Guardia Civil, que colocó unas cintas que impedían el paso a los posibles curiosos, conminaba a los vecinos a que entraran en sus casas y se mantuvieran fuera del perímetro marcado.

Según fuentes dignas de crédito, eran aproximadamente las diez y media de la mañana cuando la Policía Local recibió la llamada de un vecino alertando de que en las proximidades de su domicilio se oían llantos. Al lugar acudieron los agentes que preguntaron a la que resultó ser una de las hijas qué había ocurrido y esta les dijo que pasaran. Según han relatado los vecinos, fueron las hijas y un yerno de los fallecidos quienes se encontraron los cuerpos. Una de ellas habría hablado con su madre el día anterior sobre las dos y media de la tarde, sin presagiar lo que iba a acontecer. La otra hija la habría llamado sobre las nueve y media de la noche del sábado pero nadie respondió y ella achacó a que se podía haber ido a la cama. Ayer domingo, siempre según los vecinos, una de las hijas se acercó a la casa como era habitual pero se olvidó las llaves y como nadie le abrió llamó a su hermana que acudió con su marido y entraron en el domicilio de los padres. Al parecer una de ellas salió pidiendo ayuda y entraron varios vecinos encontrándose con la terrible escena.

Durante la presencia de los responsables de la investigación en el domicilio, las hijas de los fallecidos fueron atendidas por las vecinas, que intentaron consolarlas ante la terrible situación que estaban atravesando. El funeral está previsto esta tarde a las 18.00 horas en la iglesia de San Bartolomé de Pozoblanco.