El "rentabílisimo negocio" de venta de cocaína que tenía montando un grupo compuesto por seis personas --cuatro mujeres y dos hombres de nacionalidades colombiana, paraguaya y española-- ha sido desmantelado por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil en una operación que comenzó en junio pasado y cuyas "investigaciones siguen". El coronel José Ignacio Criado, jefe de la comandancia, ofreció ayer detalles de este operativo en el que han intervenido más de 40 agentes de investigación y unos 120 en las entradas y registros, que se llevaron a cabo simultáneamente en Córdoba y Gandía (Valencia) el pasado viernes.

Se trata de "la cantidad más importante" de cocaína que ha intervenido el instituto armado de Córdoba, su exceptuamos una intervención que les llevó a Cádiz, pues son 31,3 kilos de coca lo que se han incautado en la operación Prusia. Criado destacó que en junio del año pasado se detectó "un transporte que iba a llegar a Córdoba" y el EDOA ha seguido el rastro de esta organización desde entonces hasta conseguir su desarticulación.

Esta actuación ha supuesto "que un millón de dosis de cocaína no estén en la calle", apuntó Juan José Primo Jurado, subdelegado del Gobierno en Córdoba, quien elogió el trabajo de los integrantes del EDOA.

Esta organización distribuía cocaína desde tres viviendas en Gandía y utilizaba cuatro puntos de venta para la distribución en Córdoba, uno de ellos en el club de alterne y los otros tres en distintos domicilios. En este último escalón "contaban en Córdoba con una persona que se encargaba del menudeo" y frecuentaba bares y locales de copas de la capital y de alguna localidad de la provincia, según apuntó Criado.

A principios de julio, la Guardia Civil detuvo al conductor de un vehículo que transportaba casi seis kilos y medio de cocaína de gran pureza desde Madrid hacia Córdoba. También se pudo conocer que uno de los miembros de la organización había fijado su residencia en Córdoba tratando de ocultarse ante la desarticulación por la Guardia Civil de la cúpula de su organización criminal en diversas localidades madrileñas. Pretendía introducir en la provincia importantes cantidades de cocaína procedente de Colombia, la cual era adulterada en los laboratorios de Valencia y distribuida luego al menudeo, según explica la Benemérita en una nota.

En los primeros días de octubre se localizó en un polígono industrial a las afueras de Córdoba capital a uno de los sospechosos, un colombiano que había fijado aquí recientemente su residencia. Al sospechar que pudiera estar efectuando alguna transacción de drogas se le detuvo y, si bien no se le encontró droga, sí se le incautó una pistola con dos cargadores y munición.

En el primer escalón del grupo se encontraba un colombiano que viajaba con frecuencia a su país para adquirir y organizar los transportes de la droga hasta España, y era auxiliado por otro responsable de la organización, ambos residentes en Gandia.

Estos proveían al segundo escalón, integrado por personas de su propia familia, quienes transportaban la cocaína a Córdoba ya cortada y preparada para su distribución. El tercer escalón, compuesto por los colombianos detenidos en Córdoba L.A.O.P. y E.M.R. y por el español M.V.C., se encargaba de la venta al menudeo en la provincia.

El 11 de enero, el EDOA detectó que el grupo había recibido en Gandía un importante envío de cocaína cuyo destino final era Córdoba. Ese día se produjeron los registros y las detenciones.