La Fiesta de los Patios es, sin duda alguna, la más importante de Córdoba. La más representativa, la más genuina. Una explosión de vida y color que exalta los sentidos. En ella, los propietarios abren la puerta de su casa a unos desconocidos para que la disfruten. Sin recelo. Esto se llama hospitalidad. La hospitalidad cordobesa. Y cada día se va dando cuenta más gente. Es una fiesta conocida en toda España. Con más visitantes cada año. Hasta el punto de crearse verdaderas avalanchas humanas en ocasiones para ver un patio. No necesita reconocimiento popular, pero en su carrera hacia el reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad dió ayer un paso atrás, tras el rechazo de la Unesco a la candidatura cordobesa en la reunión de Bali. ¿Qué se ha hecho mal? Algo, al menos, no está del todo bien, habrá que pensarlo para que el reconocimiento llegue finalmente en 2012. Porque, al fin y al cabo, la suerte no ha sido del todo esquiva y, de los escenarios malos, nos ha tocado el mejor. Ahora, a trabajar.