En Villanueva de Córdoba, Pedro Sánchez sospecha que le quitaron a su hijo. Su esposa dio a luz el 16 de abril de 1984, "el niño estaba bien y le dio el pecho". Sin embargo, le comunicaron que estaba malo y solo le dejaron verlo a distancia y a través de unos cristales. Les dijeron que había muerto. En el registro civil figura la muerte de su hijo, Juan José Sánchez Crespo, pero en el camposanto no consta ningún fallecido con ese nombre. La familia quiere exhumar los restos y realizar las pruebas de ADN.

José María Dueñas Castillo es el niño que el 19 de noviembre de 1978 tuvo Petra Castillo en Reina Sofía. Llorando relata: "Avisaron a mi marido para decirle que el niño, que estaba a punto de nacer, había muerto". A ella le pusieron la anestesia y a partir de ahí "no sé qué pasó". Pese a sus intentos de ver a su bebé no les dejaron. "Nos dijeron que estaba desfigurado". Solo les indicaron que fue enterrado en San Rafael, pero allí ningún documento lo acredita. Petra, a sus 67 años, llora e insiste: "No hay quien me quite de la cabeza que a mi niño me lo robaron".

Reyes Rodríguez dio a luz a María José Pozuelo Rodríguez en el Reina Sofía en 1983. Pasó a la incubadora y a los cuatro días le comunicaron que había muerto: "Solo me dijeron que el fallecimiento se produjo por tragar basura". Tampoco la dejaron ver el cadáver. Solo se lo permitieron a su marido y a un primo, "pero ambos no la conocían y solo vieron a un bebé envuelto en periódicos sin saber si era niño o niña". El hospital se encargó del entierro en San Rafael en cuyos documentos consta que el bebé murió a los 33 días y no a los cuatro. Hace 15 años, la familia trasladó los restos al cementerio de Villanueva. La madre quiere realizarle las prueba de ADN pero dice que el Reina Sofía no le quiere entregar el historial clínico de la niña.

Los casos de Puente Genil y Cabra coinciden prácticamente en el tiempo (mayo y agosto de 1975). En el caso pontanés la madre, María del Monte Alijo, asegura que solo le mostraron a uno de sus dos mellizos supuestamente fallecidos. Y en el de Cabra, Antonia Roldán recuerda que en el Reina Sofía ni siquiera le dejaron ver el cadáver de su hija.