La mayoría de los vecinos cuyas casas han sido desalojadas hoy por la Policía Local de Córdoba en el entorno del aeropuerto y junto al Guadalquivir a su paso por la capital cordobesa han pasado la noche "en vela", según la vecina afectada Elena Moyano.

En declaraciones a Efe, ha relatado que ha permanecido "toda la noche sin dormir, como otros vecinos" y "pendiente" de la crecida del Guadalquivir, que el pasado febrero inundó más de medio centenar de viviendas.

Moyano ha contado que ayer, pasadas las ocho de la tarde, los vecinos comenzaron a "preocuparse" por la nueva crecida del río y que minutos después recibieron la visita del alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, quien les explicó que si la subida del río aumentaba, "deberían abandonar las casas".

Otra vecina, que ha preferido mantener el anonimato, ha recalcado que el Ayuntamiento "se ha portado bien", aunque asegura que no les ofrecieron un lugar "donde poder pasar la noche" ya que se les dijo que una vez transcurrida ésta "ya se vería que decisión se tomaba".

Antonio González, residente en calle La Perdiz, en la parcelación La Altea, una de las más afectadas por la crecida de río ha explicado que "muchos vecinos se tuvieron que ir por miedo" y que otros han permanecido durante la noche "en alerta para que no ocurriera lo de la otra vez", aludiendo a las inundaciones de febrero.

González, residente desde hace más de una década en la zona, reconoce "no entender el motivo de esta situación" dado que, según aclara, "esto sólo ha ocurrido en los últimos dos años".

De igual manera, hace responsables directos a los "gestores del río", refiriéndose a aquellos de cuya competencia depende la cuenca del Guadalquivir.

Lourdes de Llano, también residente en La Altea, ha contado que ha pasado "una noche terrible" pensando en que debía "abandonar" su casa "cuando el agua subiera".

Todos estos vecinos y los de su alrededor se han visto obligados a dejar sus viviendas como consecuencia de la crecida del río dado que sus casas comenzaban a anegarse horas después.