La ampliación del aeropuerto es una carrera de obstáculos interminable. Al debate político de aeródromo remodelado o nuevo, pero en otro lugar, se sumó una intensa batalla entre los propietarios de las fincas afectadas, que estaban en desacuerdo con el proyecto, y las administraciones (Gobierno central y Ayuntamiento), que en el 2007 quedó más o menos zanjada. Un año después, el proyecto echó a andar con la adjudicación de la reforma de la pista a Ploder Uicesa y se realizaron las tasaciones, que fueron otro quebradero de cabeza para los promotores de la iniciativa.

Pero el año decisivo ha sido este. En enero comenzaron las negociaciones con los dueños de los terrenos que se verán invadidos por las obras, sometidas al típico tira y afloja de los propietarios descontentos. Tres meses después llegaron las mudanzas y los llantos de los que dejaban para siempre sus hogares. Las lágrimas aumentaron el día decisivo, el 6 de mayo, cuando quedó reducida a escombros la primera de las 115 casas que han ido desapareciendo del escenario de los Llanos del Castillo, Fontanar de Quintos, La Altea, Guadalvalle y San Isidro de la Alameda. Cuando el proceso parecía que transcurría con normalidad, surgió el parón de las obras que dio a conocer este periódico la semana pasada.

Aunque este nuevo escollo quede superado, AENA tendrá aún asignaturas pendientes. La primera, cerrar definitivamente los acuerdos con todos los propietarios o ir a la expropiación de los que se resistan. Según el último balance ofrecido por la empresa, posee casi la totalidad de las viviendas, ya que solo le faltan tres de las 115. El problema está en los terrenos sin edificar. De las 73 fincas libres, solo tiene el 25% (18). Contando con unas y otras, dispone del 69% de los suelos afectados, 130 de las 188 propiedades declaradas de utilidad pública.

En las tierras sin construcciones, AENA se ha topado con las quejas de la mayoría de sus propietarios, que se sienten discriminados respecto a los que tenían inmuebles y consideran ridículos los 9,75 euros que les ofrece la empresa por metro cuadrado. Por ello exigieron la mediación del Ayuntamiento. El día 17 se reunirán con el presidente de la Gerencia de Urbanismo, Francisco Tejada.

Aunque la mayoría de las casas se han derribado y los terrenos se han allanado, a AENA le queda aún un largo camino por recorrer hasta ver el aeropuerto operando. Sigue pendiente la adjudicación de la terminal, que salió a concurso hace año y medio. El retraso de la adjudicación se debe a que está en la fase de resolución de alegaciones a la declaración de impacto ambiental. Esta obra, que incluye un aparcamiento, una glorieta y viales, tiene dos años de ejecución, por lo que el aeródromo estará en obras al menos hasta el 2011 o el 2012. Si no surgen más obstáculos.