Si se quiere aliviar la parte de la crisis del automóvil que corresponde a la caída de las ventas hay que aplicar más imaginación y en todos los puntos del proceso. Los vendedores --y también las aseguradoras de coches-- ya lo han hecho con sus ofertas, sus chollos y las rebajas en la mayoría de los modelos. Unos descuentos que podrían mejorarse si la financiación por la propia compañía no estuviera sometida a intereses de hasta el 12% cuando piden recursos al sistema bancario. Y, por supuesto, la parte que compete al Gobierno. El plan Vive, que financia sin interés un total de 10.000 euros, ha sido relativamente un fracaso. El resto el coste, hasta un importe máximo de 30.000 euros, lo asume la entidad financiera. Pero, claro, "el problema es que si no te financian de poco te sirve el plan", argumenta Manuel Ibáñez, gerente de Covisa.

El equivalente al plan Vive en Francia y en Alemania --hasta 2.500 euros por cambio de coche viejo por nuevo-- está dando mejores resultados.

Por último, los fabricantes y los concesionarios españoles exigen medidas más eficaces al Gobierno, entre las que destacan la reducción del impuesto de matriculación o la apertura de las líneas crediticias a empresas y compradores.