A D. Antonio Zurita Palma

Hace más que menos años, dijimos adiós a la universidad y nos zambullimos en el mundo del derecho laboral. Entre ERES y cláusulas contractuales empezaba nuestro periplo por las administraciones públicas. Los trámites burocráticos se vuelven tediosos para los profesionales del Derecho y siempre se agradece encontrar, entre los burócratas, paciencia y profesionalidad. Pero si además se encuentra corazón y amistad, ese divagar administrativo se convierte en un paseo entre amigos. Y es lo que nos ocurrió cuando, entre tanta juventud e inexperiencia, apareció D. Antonio Zurita Palma, conocedor ejemplar de su trabajo en la T.G. de la Seguridad Social y competente desmedido en sus quehaceres profesionales. Pero no fueron su gran capacidad profesional, ni su excepcional conocimiento en el área lo que nos ganó el corazón, sino su paciencia infinita, su predisposición a facilitarnos la labor y esas muestras de cariño, respeto y atención que durante tantos años nos ha brindado.

Por eso, llegado el día de tu jubilación, no nos queda otra que alegrarnos por tu merecido descanso pero de igual forma entristecernos porque se nos marcha un gran apoyo, un gran consejero, pero sobre todo un gran compañero. Siempre en nuestros corazones, querido Antonio.