Tras una noche maratoniana de negociaciones, el Gobierno israelí de Bennett y Lapid han conseguido un nuevo hito. Por primera vez en tres años el Gabinete de Israel ha aprobado un presupuesto. Pendientes de ser confirmadas en la Knesset, el Parlamento israelí, las cuentas para 2021-2022 aumentarán los fondos para los Ministerios de Defensa y Salud. También durante este lunes, ha tenido lugar el juicio para las familias palestinas del barrio de Sheik Jarrah en Jerusalén Este que una organización de colonos quiere expulsar de sus hogares.

“Después de años de negligencia, esta mañana hemos elaborado el presupuesto más atrevido, más centrado en la competencia, el más útil para los sectores más débiles [de la sociedad] y el más preocupado por el futuro de nuestros niños”, ha celebrado el primer ministro, Naftali Bennett. Los dos años de bloqueo político que han llevado al país a cuatro elecciones han provocado que Israel use una versión prolongada de los presupuestos del 2019 aprobados en marzo del año anterior. A principios de septiembre, la Knésset celebrará su voto inicial para dar su aprobación final el 4 de noviembre

Estas nuevas cuentas introducen una serie de cambios profundos en la economía y la sociedad israelís. Las medidas diseñadas por el ministro de Finanzas, Avigdor Liberman, buscan reducir el alto coste de la vida en Israel. Bennett ha remarcado que estas cuentas no sirven los intereses de ningún sector en concreto, sino a los de la sociedad israelí, en una clara referencia a los partidos ultraortodoxos que no son parte de la actual coalición. Ahora, el Gabinete está pendiente de su aprobación en noviembre ya que si no pasa el voto de la Knesset donde cuenta con una mayoría muy frágil, el Gobierno se desintegrará. 

Protegerse de Irán

Las negociaciones han asegurado un aumento de 13,5 mil millones de shekels (3,5 mil millones de euros) para el Ministerio de Defensa. El total de 62 mil millones de shékels  (16 mil millones de euros) para “rearmar y reforzar a las Fuerzas de Defensa Israelí” para preparar al Ejército para un potencial ataque en Irán. Precisamente el ministro de Exteriores, Yair Lapid, ha responsabilizado a Irán por el ataque contra un buque cisterna en el mar Arábigo, en el que murieron dos miembros de la tripulación. “Irán no es solo un problema israelí, sino un exportador de terrorismo, destrucción e inestabilidad que nos está perjudicando a todos”, ha tuiteado.

Durante la jornada del domingo, se inició la campaña de vacunación para administrar la tercera dosis de la vacuna a los mayores de 60 años. “Nuestro objetivo es vacunar a todos antes de fin de mes; es ambicioso, pero es posible”, ha dicho Bennett. El alto nivel de demanda ha provocado que los teléfonos de los centros de vacunación se bloquearan en el primer país del mundo en inocular un tercer pinchazo.

Resistencia palestina

Mientras en el Gobierno israelí celebraban las nuevas cuentas, un puñado de familias palestinas se han enfrentado a una jornada clave en el Tribunal Supremo. Una organización de colonos quiere expulsarlas de sus hogares, donde han vivido desde la década de los 1950, tras adquirir los derechos sobre la tierra que solía pertenecer a judíos que vivieron allí antes de 1948. El caso causó mucho revuelo en mayo, llevando a los palestinos a las calles que fueron recibidos con violencia por la policía israelí provocando el lanzamiento de cohetes de Hamás desde la Franja de Corte. 

La corte ha ofrecido a los palestinos de Sheik Jarrah el estatus de “residentes protegidos” que les permite permanecer en sus hogares a cambio de un pequeño pago anual. Los colonos judíos han exigido que reconozcan la propiedad judía de sus viviendas. Pero las cuatro familias palestinas, en representación de una docena más afectadas en este barrio de Jerusalén Este, han rechazado las demandas de los colonos. Dentro de siete días, tendrán que comunicar si aceptan un compromiso que les permitirá unos años de estabilidad. Por ahora, los palestinos de Sheik Jarrah pueden volver a descansar en sus casas.