Los detalles que se van conociendo sobre el secuestro de la planta de gas de In Amenas y del sangriento asalto del Ejército que puso fin a la toma de rehenes no hacen más que agrandar la tragedia ocurrida en ese rincón del desierto argelino.

Las fuerzas especiales del Ejército de Argelia hallaron ayer, en el interior del recinto, los cadáveres de 25 rehenes, que sumados a 23 ya confirmados el sábado y a los 32 terroristas muertos, elevan hasta 80 las víctimas mortales.

Y estas cifras aún pueden aumentar. El número definitivo de muertos no se conocerá hasta que finalicen las labores de rastreo en la planta, según informó en la radio nacional argelina el ministro de Comunicación, Mohamed Said, que insistió en que un número indeterminado de rehenes fueron ejecutados por el comando yihadista que llevó a cabo el secuestro masivo el pasado miércoles. El ministro anunció también que cinco de los asaltantes fueron capturados con vida mientras que otros consiguieron huir por el desierto. En la ofensiva del Ejército argelino murieron 32 terroristas de seis nacionalidades distintas, según la agencia estatal de noticias APS.

DESMINADO Tras el sangriento desenlace del secuestro, los detalles de lo ocurrido siguen ofreciéndose a cuentagotas y muy escrupulosamente por parte del Ejército, que durante toda la jornada de ayer procedió a la desactivación de minas colocadas por los terroristas tanto en el interior como en el exterior de la planta de gas.

La opacidad con la que las autoridades argelinas están informando sobre los detalles de la operación de rescate ha despertado muchos interrogantes en el seno de la comunidad internacional, que evita sin embargo cargar las tintas contra las autoridades argelinas.

"En los próximos días contactaré con el Gobierno argelino para comprender lo que ha ocurrido, con el fin de trabajar juntos y evitar tragedias parecidas. Pero hay que señalar que la responsabilidad es solo y exclusivamente de los terroristas", manifestó el presidente estadounidense.

El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, consideró por su parte que el ataque que terrorista que los salafistas perpetraron contra el complejo gasístico fue "un acto de guerra". "Argelia que no tenía otra solución que reaccionar como si estuviera en guerra", afirmó.

LA OPOSICION CIERRA FILAS Con el paso de los días y 48 horas después del asalto final del Ejército argelino contra la planta de gas, la clase política argelina ha ido sumando voces en defensa de la actuación de Argel. También la prensa afirma que "podría haber sido mucho peor", mencionando que más de 700 rehenes, de un total de 107 países que estaban retenidos por el grupo que lidera Mojtar Belmjotar pudieron ser liberados.

Belmojtar, uno de los principales emires en el norte de Mali --región tomada por diferentes grupos armados islamistas-- difundió un mensaje a través del periódico digital mauritano Sahara Media en el que señalaba "estar dispuesto a negociar con Occidente y el Gobierno argelino si se pone fin a los bombardeos de musulmanes en Mali".

Mientras, en la capital argelina, los quiosqueros se vieron casi asediados desde la primera hora del día por los vecinos con ansias de conocer todos los detalles de este episodio dramático que les ha recordado que pese a la reducción del número de atentados de los últimos años, el país sigue estando bajo la amenaza islamista.