Más de 120 alumnas y tres profesores han sido envenenados en la provincia de Tajar, en el noreste de Afganistán, por conservadores radicales que se oponen a la educación de mujeres y niñas, según informaron ayer las fuerzas de seguridad.

Los radicales usaron unos polvos tóxicos para contaminar el aire en las aulas y decenas de estudiantes perdieron la consciencia. La Dirección Nacional de Seguridad (DNS, la agencia de inteligencia afgana) cree que los talibanes están decididos a provocar el cierre de colegios. "Su ofensiva de primavera ... consiste en parte en cerrar escuelas. Al intoxicar a las niñas pretenden generar miedo, intentan conseguir que las familias no envíen a sus hijas al colegio", explicó Lutfulá Mashal, portavoz de la DNS.