Benedicto XVI oró ayer, como humilde peregrino, a los pies de la imagen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba y símbolo de la unidad de la nación, para dar por concluida su visita a Santiago de Cuba y viajar 900 kilómetros hasta La Habana, donde prosigue su visita oficial, que finalizará hoy. Allí, como hizo el lunes al llegar a la isla, volvió a mencionar a los presos. "He suplicado a la Virgen Santísima por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o que pasan por graves momentos de dificultad", afirmó.

El Pontífice recordó que está en Cuba como "peregrino de la Caridad". Su visita se produce en el año jubilar que conmemora los 400 años del hallazgo de la imagen, que en 1612 apareció flotando en la bahía de Nipe (Holguín), en la zona oriental de la isla, con la leyenda "Yo soy la Virgen de la Caridad". En el santuario, Benedicto XVI habló ante las personas congregadas y dijo que la Virgen supone un regalo del cielo para los cubanos, quienes, encomendados a su imagen, "edificarán el futuro por caminos de renovación y esperanza". El Papa llamó a los isleños a ser perseverantes por más duras que sean las pruebas, a proseguir trabajando por la justicia, y a impedir que les arrebaten la alegría interior, que identifica el alma cubana.

La Virgen de la Caridad, conocida popularmente como Cachita, es un símbolo de identidad y fe para los cubanos de todo el mundo, ya sean cristianos o no, pues su significado trasciende el ámbito católico. Se la denomina también la Virgen mambisa, porque los independentistas la llevaron con ellos durante su alzamiento contra España. Y para la santería y otros cultos afrocubanos, la Caridad se asocia con Oshún, una deidad del culto yoruba que representa la intensidad de los sentimientos y la espiritualidad, la sensualidad humana y todo lo relativo a ella, es decir, la delicadeza, la finura, el amor y la feminidad.

La Virgen, que lleva en su manto el escudo nacional, suele ir acompañada en los actos religiosos por banderas cubanas. Entre agosto del 2010 y diciembre del 2011, recorrió 30.000 kilómetros y reunió a millones de cubanos a su paso, en su primer peregrinaje nacional tras la revolución de 1959. Hoy la Iglesia católica ha alcanzado su mayor presencia pública en Cuba en medio siglo.