La recuperación de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, de la operación de tiroides que se le practicó el pasado día 4 "ha sido espectacular", aseguró hoy el vicepresidente, Amado Boudou, encargado de la función ejecutiva durante la enfermedad. "El cambio de diagnóstico nos da mucha tranquilidad y creo que le da tranquilidad a todos los argentinos", manifestó Boudou en declaraciones a radio La Red, al referirse al diagnóstico inicial de cáncer, finalmente descartado. A Fernández, de 58 años, le fue extirpada la glándula tiroidea el pasado día 4 en el hospital bonaerense Austral y prosigue su convalecencia hasta el 24 de enero.

"Todos nos angustiamos cuando nos enteramos de esta noticia y se sintió en la calle", subrayó Boudou, quien quedó al frente del Gobierno 25 días después de asumir como vicepresidente, el pasado 10 de diciembre, cuando Fernández comenzó su segundo mandato presidencial. El primer diagnóstico de la mandataria, de baja hasta el próximo 24 de enero, había indicado que padecía un carcinoma papilar en la tiroides, pero el último análisis médico, difundido el pasado día 7, minutos antes de que Fernández recibiera el alta, reveló que la glándula que le fue extraída presentaba "adenomas foliculares", es decir, tumores benignos.

Medios locales afirman que Boudou, quien fue ministro de Economía durante el primer mandato de Fernández, visitó en más de una ocasión a la jefa de Estado en la quinta presidencial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires, donde se recupera de la intervención y se prepara para retomar sus funciones la semana próxima. De hecho, la prensa especula con la posibilidad de que la mandataria vaya este fin de semana a la casa que posee en la sureña localidad de Calafate, a la que con frecuencia se ha referido como su "lugar en el mundo". Boudou, por su parte, mantiene su perfil de encargado de la función ejecutiva sin tratar asuntos conflictivos, coinciden los analistas.