Cuando hace un mes se inició la revuelta en Libia y la Casa Blanca habló por primera vez de poner sobre la mesa "todas las opciones posibles", en la mente de muchos estaba una nueva intervención militar de EEUU. Durante semanas, los contactos diplomáticos giraron en torno a la imposición por parte de la ONU de una zona de exclusión aérea --opción a la que se oponían varios países-- y cobró fuerza la opción de ir "más allá", impulsada por Washington.

Finalmente el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó anoche una resolución para autorizar la creación de esa zona de exclusión aérea y adoptar cuantas medidas sean necesarias "para proteger la vida de los civiles", según la resolución respalda por la Administración de EEUU, que excluye expresamente la opción de una invasión terrestre del país norteafricano.

"El mundo está viviendo una de esas grandes revoluciones que cambian el curso de la historia, y nuestro deber no es dar lecciones a nadie, sino ayudar a los pueblos a construir su futuro".

PETROLEO Y BANCA Con estas palabras del ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé, se procedió anoche a la votación, que concluyó con diez votos a favor y cinco abstenciones. "Estamos preparados para actuar juntos. No podemos llegar demasiado tarde", advirtió Juppé. La resolución aprobada anoche incluye un llamamiento a congelar los activos de la petrolera estatal libia y del Banco Central.

Moscú, con derecho a veto como miembro permanente del Consejo de Seguridad, defendió hasta el final exigir a las fuerzas de Muamar el Gadafi y a los rebeldes a decretar un alto el fuego, dejando la puerta abierta a la zona de exclusión si no cesaban las hostilidades. China tampoco ejerció su derecho de veto.

Las opciones de que la votación fuera unánime eran remotas por la férrea oposición de Rusia o China y el rechazo de Alemania, que finalmente se abstuvieron, junto a India y Brasil. La resolución necesitaba los votos a favor de al menos nueve de los quince países del Consejo de Seguridad. Tras aprobarse la intervención militar, su aplicación será de forma casi inmediata, según reveló Juppé en los pasillos de la ONU.

SIN TIEMPO QUE PERDER Mientras, el régimen de Gadafi seguía ganando posiciones rumbo al bastión rebelde de Bengasi. La sensación de que no había tiempo que perder llevó a la OTAN a pedir a la ONU que consensuara una resolución para intervenir. Poco antes de la votación, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, dijo desde Túnez que crear esa zona de exclusión obligaría a bombardear los sistemas de defensa del régimen.

Estados Unidos cuenta desde hace dos semanas con cinco barcos de guerra desplegados en el Mediterráneo frente a las costas libias, aunque ayer aún era pronto para saber qué papel podrían tener, según The Washington Post que, citando fuentes francesas, aseguró que París y Londres estaban preparados para intervenir sin necesidad de una participación directa de Washington. Italia, por su parte, ya ha dicho en el seno de la Alianza Atlántica que podrán usar sus bases para imponer la zona de exclusión aérea.