Ni sí, ni no. De momento, la insurgencia talibán en Afganistán no ha dado una respuesta a la vía de diálogo planteada con los talibanes, ofreciéndoles 500 millones de dólares (355 millones de euros) por dejar las armas y ofreciendo la posibilidad al liderazgo insurgente de participar en una loya jirga (asamblea de ancianos) para dar inicio a conversaciones de paz.

"No puedo decir una sola palabra acerca de esas conversaciones de paz; el liderazgo talibán decidirá pronto si tomar parte", dijo a Reuters desde una localidad sin identificar un portavoz bajo el nombre de Qari Mohamed Yusuf. Esta respuesta supone una ruptura con el pasado, ya que por vez primera, una oferta de diálogo no es respondida de inmediato con una negativa. Los talibanes siempre han subrayado su oposición a hablar mientras haya tropas extranjeras.

La propuesta de diálogo vino de la mano del presidente afgano, Hamid Karzai, durante la Conferencia para Afganistán de Londres. Según los planes de Karzai, Occidente no estaría directamente involucrado en las conversaciones. Un plan separado apoyado por Washington y sus aliados pretende fijar un fondo de 500 millones de dólares (355 millones de euros) para reintegrar a los combatientes talibanes que dejen las armas, ofreciéndoles, además, trabajo. Fuentes de la ONU aseguraron que representantes de la organización se han encontrado con miembros de la shura de Quetta en Dubái.

LINEA OFICIAL DE KABUL La intervención de Karzai no constituye ningún cambio en la línea oficial defendida por las autoridades de Kabul. El pasado año, hizo una invitación similar a los talibanes, y ha hecho múltiples ofertas de diálogo que no han llegado a buen puerto.

La posibilidad de integrar a los talibanes en el proceso político es vista con reticencia por grandes sectores de la sociedad civil afgana. Durante la celebración en Barcelona de la conferencia Afganistán, un grito contra la impunidad, organizada por la oenegé Asociación por los Derechos Humanos en Afganistán (ASDHA), Sima Samar, presidenta de la Comisión Independiente de Derechos Humanos y candidata al Premio Nobel, criticó el diálogo con los talibanes.