A decir de las autoridades de Bagdad, no hubo ni gritos de alegría, ni ostensibles muestras de satisfacción entre sus verdugos, ni palabras ofensivas hacia el condenado. Solo se filtró una imagen del condenado encapuchado con la soga al cuello. El Gobierno iraquí se empleó ayer a fondo para presentar a la opinión pública local y mundial la ejecución de Alí Hasán al Majid, alias Alí el Químico , responsable de la muerte de decenas de miles de kurdos en los años 80, como un acto de justicia y no de venganza. Se trataba de evitar un espectáculo como el de la ejecución del ex dictador iraquí y primo hermano de Alí el Químico , Sadam Husein, en el 2006.

"El condenado Alí Hasán al Majid ha sido ejecutado por ahorcamiento hasta la muerte hoy conforme a la ley y a la Constitución, debido a los asesinatos y crímenes contra la humanidad cometidos", anunció el portavoz Alí Dabbagh.

CONSECUENCIA INMEDIATA La ejecución es consecuencia inmediata de la última condena a muerte contra el dirigente, que ocupaba el quinto puesto en la lista de los 55 altos cargos del régimen baazista más buscados por EEUU cuando irrumpieron en el país árabe en el 2003 para expulsar del poder a Sadam Husein. El 17 de enero, Alí el Químico fue condenado a muerte por la matanza de 5.000 kurdos en 1988 con gas mostaza. Otras tres condenas a muerte habían sido dictadas por el asesinato de decenas de chiís en 1999, por el genocidio de kurdos en el Anfal en 1988 y por la represión de la rebelión chií en 1991.

Por otra parte, 36 personas murieron y otras 71 fueron heridas en tres atentados en Bagdad, dos cerca de los hoteles de más renombre --el Sheraton y el Palestine, en Fardús--, y el tercero del hotel Hamra, en Karrada.