La batalla política entre los Veintisiete para asumir el nuevo puesto de presidente estable de la Unión Europea (UE) ha quedado públicamente abierta. El primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, anunció ayer su disposición a asumir esa responsabilidad si se le pedía, con la clara intención de frenar las aspiraciones del controvertido exprimer ministro británico Tony Blair.

El primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, también ha comenzado a postularse oficiosamente. Otras cuatro personalidades políticas europeas, incluido el ex presidente español Felipe González, se están barajando en medios comunitarios como posibles presidenciables.

OFENSIVA BRITANICA El Gobierno británico, ante la creciente oposición que despierta la figura de Blair, ha emprendido una ofensiva diplomática para tratar de remontar sus posibilidades, con el argumento de que es la única figura de talla internacional que podría hablar de igual a igual con EEUU, China y Rusia. Pero Blair ni siquiera cuenta con el respaldo unánime en su propio país. El partido conservador expresó ayer su rechazó frontal a Blair como eventual presidente de la UE.

Juncker también destacó en una entrevista a Le Monde que Blair no es el candidato adecuado porque procede de un país euroescéptico, que no forma parte del euro, ni de la zona Schengen sin fronteras exteriores y que se ha autoexcluido de la Carta Social y de la Carta de Derechos Fundamentales. Juncker añadió que el presidente debe ser capaz de unir, en una clara referencia a la fractura de la UE fomentada por Blair durante la invasión de Irak para intentar debilitar a Francia y Alemania, opuestos a esa guerra.

Francia, que no se ha pronunciado oficialmente, preferiría a Felipe González por su visión europeísta y su excelente cooperación con París y Berlín. España no aspira "por el momento" al cargo ni al del futuro ministro de Exteriores europeo que sucederá a Javier Solana, según dijo ayer el ministro Miguel Angel Moratinos.