Mañana, a las 20.30 horas, el escenario del Gran Teatro exhibirá la obra del cordobés Antonio Rojano, galardonado con el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca 2005, otorgado por el Ministerio de Cultura. El texto lleva por título Hombres que escriben en habitaciones pequeñas y es una coproducción del Centro Dramático Nacional con Entrecajas, Avance Producciones y García-Pérez Producciones. La puesta en escena está dirigida por Víctor Conde e interpretada por Secun de la Rosa, Esperanza Elipe, Cristina Alarcón y Angy Fernández. Hombres que escriben en habitaciones pequeñas es una comedia que nos habla de contraespionaje y de terrores modernos, de viajes en el tiempo y de literatura, pero, sobre todo, de gente corriente como cualquiera de nosotros, con demasiados sueños por cumplir y no menos terrores, ahogada en la paranoica desesperación del tiempo que nos ha tocado vivir.

La trama de la historia que sobre ello compone Rojano se inicia con la retención involuntaria de un escritor, autor de novelas de poco éxito que se venden en Internet. Este personaje ha sido secuestrado y llevado a la fuerza a un lugar desconocido. El hombre despierta en un sótano repleto de archivadores, de expedientes escritos en lenguas extranjeras y montones de informes censurados; en esa especie de subterráneo se encuentra con tres mujeres (¿o son tres espías?) que reclaman su ayuda. Si quiere formar parte de un movimiento revolucionario, el escritor tendrá que prestar su talento a una causa mayor: concluir el relato de un magnicidio que cambiará el rumbo de un país en crisis. Un magnicidio, una cicatriz en forma de bandera, un tirador solitario conspirando entre cuatro paredes. ¿Hay alguien más detrás? Si no es así, ¿es posible conspirar en soledad? Hombres que escriben… habla de los lobos solitarios, los que han pasado demasiado tiempo recluidos en sus pequeñas habitaciones. De tanto fantasear con la conspiración nos olvidamos del poder del individuo que, a través de su rebeldía o resistencia, también es capaz de oponerse a cualquier estado.

El miedo nos aísla y nos aleja del otro. En una época de terror, la sociedad se atomiza y se divide en fracciones cada vez más pequeñas y, por lo tanto, más débiles. La intención de este texto es que a través del teatro, y del humor, nos enfrentemos a dicho miedo en comunidad. Porque, al fin y al cabo, el teatro ha sido siempre el escenario de las mayores conspiraciones. El teatro ha estado ahí desde el principio y éste parece ser el momento ideal en el que debemos afrontar la cobardía de vernos implicados en un movimiento social mayor que nosotros.

CÓRDOBA

GRAN TEATRO

SÁBADO 8

20.30 HORAS