Feria de Mayo

El Arenal ya gana en casi todo

En el recinto ferial se ven más trajes de flamenca, más caballos, más ambiente y, sobre todo, más gente desde este jueves

Rafael Verdú

Rafael Verdú

El jueves de Feria, el recinto del Arenal se va vaciando de algunas cosas -las menos- y se va llenando de otras -las que más-. La fiesta dedicada a Nuestra Señora de la Salud entra a partir de esta jornada en sus días grandes, y eso se nota en el ambiente. 

Entre las cosas que ya no quedan, o casi, en el Real están las recepciones oficiales o las comidas de empresa, abundantes hasta ayer mismo y que se han contado por docenas. A cambio, los salones están repletos de grupos de amigos. 

Limpieza en el Guadalquivir

Tampoco quedan ya los restos del botellón multitudinario celebrado en la tarde del miércoles con la asistencia de unos 10.000 jóvenes que abarrotaron las terrazas del Balcón del Guadalquivir, reducidas este año por las obras del tanque de tormentas, un gigantesco agujero que debe haber conectado ya, por lo menos, con los fogones de Pedro Botero, si nos guiamos por los efluvios que manan tras la valla. Sadeco ha hecho, como cada año, un trabajo magnífico para dejar la zona en perfecto estado de revista. Al mediodía de este jueves, nada hacía pensar que menos de 24 horas antes aquello era una de las mayores concentraciones de gente en un solo sitio que se viven cada año en Córdoba.

A esa hora, apenas un par de grupos de jóvenes hacían pie de cuba con el rebujito antes de entrar en la Feria, escondidos y casi clandestinos debajo de una pasarela. Al atardecer la imagen ya era otra, con cientos de personas de nuevo en las terrazas del Guadalquivir cargados con bolsas para el botellón, ahora ya de trago largo. Pero eso sí, nada que ver con lo ocurrido el miércoles en cuanto a asistencia.

Ya no se ven tanto los atuendos cómodos para pasar el día en la Feria, que están siendo sustituidos poco a poco por los trajes de flamenca en el caso de las mujeres, y en mucha menor medida por el de corto de los hombres. Ahora El Arenal sí que parece una Feria. En la portada, al mediodía de esta jornada que ha ido ganando en intensidad, se veían cientos de mujeres ataviadas con el traje tradicional. Casi todas ellas iban en grupo con trajes de distintos colores y complementos al gusto, pero también se veían algunos conjuntos de jóvenes y mayores vestidas con el mismo tono de traje de flamenca. 

Más caballos

La Feria de Córdoba está ganando también en la presencia de caballos, jinetes, amazonas y carruajes de todo tipo. Que no se olvide que Córdoba es la "capital mundial del caballo español", como bien lo anuncia un enorme cartel y un puesto informativo en la misma entrada de la Feria. Es ahí donde suelen reunirse los caballistas, que llegan principalmente por el puente del Arenal, para organizar sus paseos por cualquiera de las calles de la Feria en las que tienen permitida la entrada. 

El Arenal abunda ahora en abanicos. Ya no se ven tanto los tradicionales hechos a mano, ya que su función la cumplen ahora casi de la misma manera los aventadores de cartón con publicidad, más prácticos -no hay que guardarlos en ningún sitio- y sobre todo más baratos; tanto que no cuestan nada. Hay quien prefiere las sombrillas, como un grupo de turistas asiáticas que se paseaban con 30 grados a la sombra llevando plumones con capucha bajo un paraguas casi tan pequeño como una calesa. 

Temperaturas

El termómetro de la Feria, por cierto, va a ir adquiriendo grados progresivamente hasta el fin de semana, cuando se rozarán los 35 grados. No hay muchos sitios en El Arenal para resguardarse del calor, pero se ha conseguido un microclima en la zona de descanso junto a la Caseta Municipal, mucho más agradable para el reposo que la entrada principal por la portada. Es pequeña, pero está poco transitada y allí los árboles, el césped, la sombra y al agua generan de forma natural una brisa que se agradece en las horas centrales del día. 

Pero sobre todo, y por encima de todo, El Arenal está ganando en gente. Ahora sus calles están bastante más animadas que en los días entre semana, y aún aumentará más la afluencia hasta el sábado. Así es como debe ser, porque al fin y al cabo, ¿qué sería una Feria sin feriantes? Una letra para una canción de Sabina, pero no una fiesta cordobesa.

Celebración del Día de la Mujer Gitana en la caseta Sonrisas de Lunares.

Celebración del Día de la Mujer Gitana en la caseta Sonrisas de Lunares. / Manuel Murillo

Lo que sí fue una fiesta en la tarde de este jueves fue la caseta Sonrisas de Lunares, gracias a la organización del Día de la Mujer Gitana, que cada año atrae a cientos de personas procedentes no sólo de la provincia de Córdoba, sino incluso de lugares vecinos, tal como aseguraron los organizadores de un encuentro en un ambiente muy distendido y familiar que se prolongó durante varias horas vespertinas.