Elecciones vascas

El PSE pedirá una cuarta cartera social en su coalición con el PNV y descarta caer con el voto exterior

En Ferraz consideran que los socialistas vascos tiene ahora “una posición de fuerza” que deben aprovechar. Independientemente del reparto de consejerías, los socialistas apuestan por un equilibrio que les permita marcar perfil propio sin dejar de garantizar la estabilidad institucional

El secretario general del PSE-EE y candidato a Lehendakari Eneko Andueza, recibido con aplausos a su llegada a la ejecutiva del partido este lunes.

El secretario general del PSE-EE y candidato a Lehendakari Eneko Andueza, recibido con aplausos a su llegada a la ejecutiva del partido este lunes. / EFE

Iván Gil

PNV y PSE están comprometidos a abordar “cuanto antes” las negociaciones para reeditar su coalición. A la espera del recuento del voto exterior este viernes, que según los cálculos de Ferraz no les hará ceder ninguno de sus doce escaños, el PSE reclamará contar con más presencia en el futuro gobierno. Tanto cualitativa como cuantitativamente. De forma proporcional al incremento de su peso en coalición, que pasa de representar el 25% de sus diputados a casi un tercio. El PSE subió de diez a doce escaños y el PNV cayó de 31 a 27. Los socialistas vascos aspiran así a obtener al menos una cartera más relacionada con servicios públicos, incrementando las consejerías bajo su dirección de tres a cuatro. Una petición que respaldan en Ferraz al considerar que la federación de los socialistas vascos tiene ahora “una posición de fuerza” que deben aprovechar.

Los socialistas vascos están determinados en empujar al máximo su programa electoral, centrado en la mejora de los servicios públicos, y arrastrar al PNV hacia políticas progresistas. A competir en el eje izquierda-derecha y poner su sello en la gestión de asuntos sociales. Pese a llevar dos legislaturas consecutivas formando parte del Gobierno de coalición, las encuestas revelan que una buena parte de los electorales desconoce qué consejerías están en manos del PSE. Desde 2016 gestionan las de Empleo, acompañada de la vicepresidencia segunda, la de Planificación Territorial y Vivienda y la de Industria y Turismo. Tras su renovación orgánica, visibilizada también en las listas electorales, se espera otro tanto en los nombres de los hipotéticos consejeros socialistas en caso de cerrarse el previsible acuerdo.

La lectura tanto de Ferraz como del PSE pasa por asentar el proyecto liderado por Eneko Andueza desde la gestión para seguir con su tendencia ascendente. Visibilizar su utilidad y fortalecer un tercer espacio en medio de la pugna entre PNV y Bildu que continuará a lo largo de la legislatura. “Tenemos por delante cuatro años en los que el proyecto de Eneko [Andueza] debe cristalizar”, explican fuentes de la dirección federal. Un proyecto a medio y largo plazo, explicaba este lunes la portavoz del PSOE, Esther Peña, que tratará de taponar las fugas del voto joven a EH Bildu poniendo énfasis en la agenda social.

Independientemente del futuro reparto carteras, los socialistas valoran positivamente su campaña, sin dejar de cargar contra la gestión del PNV, pese a gobernar juntos. Un equilibrio entre la crítica constructiva, sin traspasar la línea de la confrontación, y el perfil propio, para desprenderse de su etiqueta de mera muleta. Un posicionamiento que pretenden mantener si reeditan el gobierno, apostando por desmarcarse del PNV mientras se garantiza la estabilidad institucional. Sin ruido, pero con ambición, resumen los socialistas para marcar una "agenda propia".

Ya durante la campaña electoral, el PSE dio un giro a su guion de los últimos años para defender al mismo tiempo estabilidad y cambio. Poner en valor su papel para arrastrar al PNV a la izquierda y empujar “una agenda de transformación, no de mera gestión”. El “no vale con hacer lo de siempre” pretende mantenerse como seña de identidad dentro de la coalición.

La “receta” Andueza

El presidente del Gobierno y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, aprovechó su intervención este lunes en la ejecutiva federal para poner como ejemplo el modelo de los socialistas vascos con Andueza a la cabeza. Una “receta” a importar a otros territorios y en la que seguir profundizando. Según fuentes de la ejecutiva, Sánchez lo puso como ejemplo de “liderazgos bien trabados en el territorio y centrados en la agenda social”.

En Ferraz ya avisaban este lunes respecto a la reedición de un gobierno de coalición con el PNV que “tenemos más peso y vamos a hacerlo valer”. En rueda de prensa, Peña ponía énfasis en el “aval” de las urnas para “reforzar el Estado de bienestar” y daba por hecho que su pretensión de garantizar “políticas progresistas” el futuro ejecutivo.

Voto exterior

Los socialistas vacos defienden tener un mayor protagonismo por el refuerzo de las urnas al PSE, en contraposición al desgaste del PNV. Durante una entrevista con Radio Euskadi, la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa, daba por descontando que sus socios exigirán una mayor representatividad en la coalición y que lo entendería tras cosechar unos mejores resultados que hace cuatro años.

El peso proporcional en la coalición de PNV y PSE no será definitivo hasta que se contabilicen los 8.197 votos emitidos por los residentes en el extranjero. Los socialistas vascos se juegan un último escaño con EH Bildu en Gipuzkoa y otro con Sumar en Bizkaia. Desde Ferraz niegan que vayan a perder influencia tras este recuento, aunque Arnaldo Otegi hacía referencia a esta circunstancia sin dar nada por hecho. Con todo, para que los socialistas pierdan un escaño en favor de la izquierda abertzale, estos últimos deberían conseguir una ventaja sobre el PSE de 1.360 votos, cuando los sufragios pendientes de recontar en esta circunscripción son 3.540. En Bizkaia es igual de improbable, pues sumar debería obtener 738 votos más de los 3.703 emitidos.