Narcotráfico en el Estrecho

Grupo antinarco OCON Sur: el éxito de Marlaska se convierte en su principal problema político

En octubre de 2022, la unidad especial para atajar la pujanza del narcotráfico en el Estrecho dejó de funcionar como unidad cohesionada y bajo un solo mando, y año y medio después se ha visibilizado catastróficamente en la zona un mortal golpe de los narcos

El ministro Fernando Grande-Marlaska y, de espaldas, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez.

El ministro Fernando Grande-Marlaska y, de espaldas, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez. / EFE

Juan José Fernández

Fue emblema de la recuperación del principio de autoridad en el Campo de Gibraltar, el dispositivo especial con el que sacó pecho el Estado, o sea Interior y la Guardia Civil. Crear una unidad especial para atajar la pujanza del narcotráfico en el Estrecho fue una de las primeras enérgicas medidas que tomó Fernando-Grande Marlaska en su Plan Especial para la zona. Ahora, la desarticulación de esa unidad, el OCON Sur, es la arista más cortante -y de doble filo- de la polémica que arrecia sobre el ministro.

Este lunes, en pleno aguacero por el asesinato de dos guardias indefensos en el puerto de Barbate, ninguna fuente oficial de Interior o la Guardia Civil ha querido entrar a explicar cuáles fueron las razones por las que no se sigue operando con una unidad especial como aquella, el grupo que, a pesar de cosechar tantos éxitos contra los narcos, fue diluido entre la plantilla del instituto armado.

En octubre de 2022 dejó de funcionar como unidad cohesionada y bajo un solo mando, y año y medio después se ha visibilizado catastróficamente en la zona -casi se ha retransmitido- un mortal golpe de los narcos. Es lo que ahora le reprochan al ministro los sindicatos policiales, fiscales y políticos de la derecha. Pero para parte de las fuentes policiales consultadas no había otro camino, la amputación preventiva, en previsión -con una investigación judicial por medio- de que el grupo de élite hubiese sido agotado e “infectado” por las mafias.

Por OCON Sur se conoce al Organismo de Coordinación Contra el Narcotráfico. Como tal sigue vigente, pero no en la forma que conoció, y que fue clave para la judicialización de buena parte de 17.580 operaciones policiales que Interior ha desplegado contra las mafias del Estrecho desde 2018 a la actualidad.

De 135 guardias especializados en la lucha contra este fenómeno criminal en el Estrecho, un tercio está ya en otras labores, y algo más de 60 se encuentran diseminados entre las unidades de Policía Judicial de las comandancias andaluzas, según recuento de fuentes no oficiales de la Guardia Civil.

Un asunto interno

No se oculta entre las fuentes consultadas que el principal golpe que recibió OCON Sur trascendió después de su desarticulación: una investigación de la Audiencia Nacional en la primavera pasada sobre revelación de secreto y cohecho. Resultó alcanzado el jefe de la lucha antinarco en la zona, el teniente coronel David Oliva, y dos tenientes. Pero los datos que llevaron al juez Alejandro Abascal a imputar a los tres oficiales partieron de una investigación propia de la Guardia Civil, un nutrido dosier de Asuntos Internos.

En la lucha contra el narco hay una norma que no siempre se puede seguir: rotar a menudo al personal; es mejor no mantener demasiado tiempo a los mismos agentes en la misma zona, o la poderosa tentación del narco terminará captando a algunos.

No fue el caso; no se han acreditado pagos ni colaboración de guardias con narcotraficantes, sino más bien otro efecto de la tensión, una guerra interna: al teniente coronel le llegó que le investigaba un juez por la denuncia de unos traficantes, y quiso saber qué le estaban mirando -supuestamente- a base de ofrecer un puesto en Andalucía a un teniente de Asuntos Internos.

Es la trama de una guerra intestina, un guión no infrecuente allá donde abundan agentes de información, explica un oficial cercano al caso. Y de esa gente no faltaba en OCON Sur.

El casting

A finales de 2018, la Guardia Civil convocó por sus redes internas plazas para un grupo específico que lucharía contra el narcotráfico desbocado en el sur. Lo llamaban “el casting”. La incorporación, voluntaria, no suponía una ganancia de sueldo más de allá de los 80 euros de dieta para comidas y alojamiento a guardias que se incorporaran desde otras provincias.

Fue una idea del entonces jefe de la Guardia Civil en Andalucía, general de Brigada Manuel Contreras. El grupo, que se caracterizó por las interminables jornadas laborales de sus integrantes y por la alta exigencia del mando, incorporó expertos del Servicio de Información de la Guardia Civil, tanto analistas como operativos capaces de, entre otras misiones, colocar balizas en coches de los narcos y seguir, evaluar, infiltrar clanes rivales en el marco de la operación marco que desplegaron: Carteia.

Se reclutaron también guardias especializados en unidades de Policía Judicial y EDOA (Equipos de Delincuencia Organizada y Antidroga), y se contó con la ayuda externa, pero contundente, de boinas verdes del Grupo de Acción Rápida GAR, uno de los cuales ha sido asesinado en el atropello de Barbate.

Diseminados

“No se ha desactivado ningún organismo de coordinación desde que se inició el plan”, matizan fuentes de Interior. La reestructuración de OCON Sur responde, según estas fuentes, a un principio de autonomía de los cuerpos policiales. “En el plan del Campo de Gibraltar, cada uno de los cuerpos puede organizarse para ejecutarlo como mejor estime operativamente -explican-. La Guardia Civil optó en un primer momento por crear ese grupo específico, y luego decidió disolverlo y centralizarlo en las organizaciones de policía judicial territoriales en los ámbitos en los que se extiende el plan”.

No hubo razones económicas, aunque otras fuentes de Interior admiten que el coste del grupo especial se evaluó antes de su final. “Fue el mando de Zona”, indica un veterano del instituto armado en Algeciras. La decisión la tomó el mismo general jefe de la IV Zona de la Guardia Civil, Alfonso Rodríguez Castillo, gaditano y buen conocedor del fenómeno del narcotráfico. Cuando el Cuerpo convocó plazas en comisión de servicio para OCON Sur, él era el coronel jefe de la Comandancia de Cádiz. Ascendido a general de Brigada, tomó el mando de la Zona IV en 2019, cuando el grupo echaba a andar.

En septiembre de 2023, con la agrupación ya disuelta, le llegó el retiro. Un año antes, había la decisión de disolver OCON Sur al director adjunto operativo, teniente general Pablo Salas, y a la directora general, María Gámez. Marlaska dio el visto bueno.

Guardias civiles en una operación antinarco el 27 de abril de 2022 en Los Barrios (Cádiz).

Guardias civiles en una operación antinarco el 27 de abril de 2022 en Los Barrios (Cádiz). / EFE

Fuentes de Interior explican que hoy gobierna el plan de seguridad para el Campo de Gibraltar la Dirección de Coordinación y Estudios, en el tercer escalón del ministerio. También aseguran que pocos guardias de OCON Sur han dejado de luchar contra el narcotráfico, salvo algunos que han pedido destinos administrativos o volver a sus antiguos puestos. “Hubo un momento en que se decidió que era bueno que lo que habían aprendido esos guardias se diseminara entre las unidades de Policía Judicial de las comandancias”, dice el mencionado veterano en lo que llaman “frente sur”.

Y abunda: “Eran una unidad sobre todo de inteligencia, y ahora su trabajo se canaliza en el CRAIN”. Con esas siglas se refiere a un discreto Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico.

“Este asunto está sufriendo una politización extrema -protesta una de las fuentes consultadas-. Es asqueroso que ahora se trate de instrumentalizar la muerte de dos guardias uniéndolas a lo del OCON Sur. Aquel grupo era una estructura provisional; se suponía que iba a durar un año, y ya no daba más de sí: las operaciones contra narcos han continuado igual tras la reestructuración”.

Dice esta fuente que el Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar es un modelo por el que se han interesado Holanda y Bélgica, con sus puertos asediados ahora como nunca por las narcomafias.

Se refiere a un balance que, a diciembre de 2023, arrojaba desde agosto de 2018 un total de 22.207 operaciones policiales (2.760 de ellas contra el blanqueo); 19.907 detenidos; 1.956 armas de fuego, 1.421 lanchas y 5.760 coches y furgones incautados; 97,2 millones de euros intervenidos y 1.700 toneladas de droga, en su mayoría hachís, retiradas de la circulación.