Carlos García Revenga, asesor de la Casa Real, dejó ayer a Iñaki Urdangarin al pie de los caballos. En su declaración como imputado, que duró dos horas y media, el secretario de las infantas dijo que el Instituto Nóos fue una iniciativa del duque de Palma y que las decisiones las tomaban al mismo nivel el yerno del Rey y su exsocio Diego Torres. "Me extrañaron las cantidades", reconoció sobre el volumen de negocio que se movió en torno a la fundación.

Una extrañeza con la que también quiso dejar claro que su puesto de tesorero en Nóos era de mero figurante. Según relató el nuevo imputado, aceptó el cargo porque se lo pidió Urdangarin "como favor personal" y por una cuestión de "confianza y amistad", ya que era el secretario de la infanta Cristina y él era su marido.

Sin embargo, García Revenga sostuvo que no se implicó en la gestión de la entidad, ni despachaba asuntos sobre sus actividades. Expuso que decidió acompañar a Urdangarin "porque era su primera aventura empresarial", sobre todo por la repercusión social que podría conllevar dicho proyecto por su unión con la infanta.

Ese acompañamiento se prolongó desde el 2003 hasta el 2006, año en que el yerno del Rey deja aparentemente la presidencia de Nóos y se embarca en nuevos proyectos, como la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (Fcdis), utilizada según la investigación para la evasión de capitales. Según García Revenga, su salida como tesorero nada tenía que ver con los primeros escándalos en torno a Nóos, sino que decidió tutelar los primeros pasos de Urdangarin y después, en torno al 2006, "le dejó volar solo".

El asesor real afirmó que no tenía constancia de la celebración de reuniones del Instituto Nóos a las que se supone habría asistido por la documentación aportada en la causa. Al mostrarle el juez, actas de dichos encuentros dijo que no respondían a la realidad. Que no se celebraron. Incluso alegó que la firma no era suya. Tampoco le cuadraba el hecho de que apareciera como asistente, en calidad de tesorero, a una reunión celebrada el 23 de septiembre del 2003, cuando su carta de solicitud de ingreso en Nóos data del 25, es decir dos días después.

García Revenga también dejó al margen de los manejos de Nóos y otros negocios a la infanta Cristina, que era vocal, y al Rey, a quien diversos correos aportados por Torres apuntan como conseguidor y mediador en algunos proyectos. "El jefe es el Rey", afirmó Torres en su declaración tras leer un correo en que se daba cuenta de los contactos realizados por el monarca. García Revenga negó que despachase con Juan Carlos I sobre la evolución de los negocios de Nóos y subrayó que Jefe del Estado no estaba al corriente.