Varios miles de personas (4.500, según la Delegación del Gobierno) volvieron ayer a congregarse en el centro Madrid frente al Congreso de los Diputados para protestar contra las políticas del Gobierno y exigir su dimisión. La tercera convocatoria en lo que va de semana de la iniciativa Rodea el Congreso transcurrió, hasta el cierre de esta edición, con normalidad y en un ambiente festivo.

La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, advirtió a los manifestantes, convocados a través de las redes sociales, de que el acto era ilegal, y de que la Policía le había comunicado el desplazamiento a la capital de 500 radicales para participar en la protesta. Sin embargo, durante la manifestación de ayer no se registraron incidentes como en la primera. Los congregados portaban pancartas con la palabra No , en rechazo a las políticas del Gobierno, al que exigieron la dimisión.

También corearon que "el próximo parado sea un diputado" y se preguntaban dónde está el número de placa de los policías que les vigilan. "Menos policía y más educación" o "No es una crisis, es una estafa" fueron otras consignas que se escuchanron. Asimismo, los manifestantes desplegaron ante los agentes una pancarta gigante en la que se podía leer "Deuda odiosa, referéndum ya".

Las fuerzas del orden protegieron en la jornada de ayer el Congreso con una barricada y cortaron el tráfico en la calle del Prado. El inicio a la Carrera de San Jerónimo estuvo en todo momento vallado y protegido por un cordón policial formado por una veintena de efectivos.

Esta es la tercera manifestación de esta semana en Madrid frente a la Cámara baja. La primera, el pasado 25 de septiembre (25-S), se saldó con la detención de 35 personas que quedaron en libertad tras declarar el pasado jueves ante la jueza, que les ha imputado un delito contra organismos de la nación, atentado y desórdenes públicos tras pedir "un nuevo proceso constituyente". La segunda protesta se llevó a cabo al día siguiente, sin incidentes.

Ayer cada manifestante echó mano de sus propios métodos e imaginación para mostrar su descontento hacia las políticas de Rajoy y para denunciar el "secuestro" de la democracia. Así, una chica decidió quitarse la ropa y protestar desnuda, al lado de un cartel en el que se puede leer Love Revolution .

Otros manifestantes lograron atravesar la multitud y acceder con una furgoneta hasta la zona próxima al vallado que protegía la Carrera de San Jerónimo. Sobre el vehículo instalaron varios altavoces desde los que emitían consignas tales como "No tenemos miedo".

Otro grupo de personas protagonizó, también en las proximidades del vallado, un castillo humano desde el que izó una bandera republicana que fue recibida con aplausos y gritos de los asistentes.