Josep Antoni Duran Lleida se quejó amargamente en abril de que ningún responsable de CiU tuviera la oportunidad de ir al programa Tengo una pregunta para usted , en TVE, como sí hicieron el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy.

Dicho y hecho. El candidato de CiU a las generales previstas para marzo compareció ayer durante 35 minutos en los que respondió a 17 preguntas de ciudadanos. Lo hizo en tono afable, con la clara voluntad de resultar empático. Duran se esforzó en subrayar la aportación de CiU a la estabilidad de España en los últimos 30 años. Lo hizo al ser preguntado por la mala imagen que tienen los políticos catalanes en el resto del Estado, que, afirmó, no es generalizable. Afirmó que CiU ha colaborado con todos los gobiernos españoles en los últimos 30 años: "A Cataluña no hay que verla como si pensara solo en ella", dijo, antes de pedir las mismas infraestructuras de las que goza Madrid: "No hay una carretera en Cataluña que no sea de pago. En Madrid no pasa. Estoy orgulloso, pero quiero lo mismo".

Adolfo Ruiz preguntó a Duran por la vivienda, y él apostó por facilitar el alquiler de pisos vacíos: "No le voy a obligar, le voy a incentivar. Y si no le pagan va a haber una actuación judicial muy rápida", dijo, criticando, sin citarla, la ley catalana de la vivienda, que prevé expropiar temporalmente el usufructo de pisos vacíos en algunos casos.

DISCREPANCIAS APARCADAS Sobre las legislativas, el democristiano defendió a pies juntillas el acuerdo que cerraron en verano CDC y UDC para aparcar sus discrepancias sobre alianzas poselectorales, y dijo que supeditará todo acuerdo al respeto al Estatut, al modelo de sociedad de CiU y a medidas en favor de la calidad democrática.

La parte en que Duran fue, sin duda, más contundente, fue la que versó sobre inmigración, a raíz de la pregunta de Rachida el Rhumari, una marroquí de 50 años que le preguntó cómo evitar que sus hijas sean discriminadas por llevar velo cuando lleguen al mercado laboral. El líder de Unió no se lo pensó ni un segundo. Rechazó el velo si es "culturalmente impuesto", aunque no como símbolo religioso. Y tuvo un intercambio de impresiones con Rhumari en el que, tras dar a entender que el islam no tolera la diversidad, le espetó varias veces: "Tengo que pedirle que se integre".